Poco antes de que se declarara la pandemia, Sarita Esses adelantaba los planes para presentar el libro de recopilación de su columna Café con Teclas, que se publica en revista Ellas. En esta entrevista habla de este proyecto y cómo logró hacerlo realidad.

¿Cuándo decidiste que había llegado el momento de hacer el libro?

Antes de la Feria del Libro del año pasado entrevisté a Cibeles De Freitas, quien publicaba su primer libro, y vi en ella la emoción de llegar a esa meta. Me di cuenta de que tener esa satisfacción estaba también a mi alcance, y alentada por ella, decidí dar el primer paso. La columna tenía seis años de existencia y unos 300 escritos para escoger.

Café con Teclas ya tiene su libro

Café con Teclas ya tiene su libro

¿Cómo elegiste las columnas para esta edición?

Fue un proceso bien democrático, jaja… Hice un sondeo en mis plataformas digitales preguntando a los lectores cuáles habían sido sus columnas favoritas o memorables. Añadí algunas que me gustaban a mí y otras, con un mensaje atemporal.

¿Hubo alguna que dejaste por fuera, con dolor en tu alma?

En el momento ninguna. Al principio iban a ser 50, pero para evitar sacrificar alguna preciada subí a 60. De todas formas, a veces leo una columna vieja y pienso: ‘debí haberla incluido’.

Este libro tiene ilustraciones nuevas, cuéntanos de ellas.

Fueron confeccionadas por la artista Virna Levin. Conocí su trabajo a través de Facebook y me encantó. Mi intención era presentar un libro con contenido visual y editorial. Todas las columnas están disponibles en la página web www.cafeconteclas.com, en mis redes sociales y en las de revista Ellas. Si iba a hacer un libro, tenía que ofrecer algo adicional. Aunque sé que hoy en día todo apunta a lo digital, para mí pasar las páginas de un libro impreso y el deleite de perderse entre sus hojas no se puede comparar ni a la página web más bella del mundo.

Café con Teclas ya tiene su libro

Café con Teclas ya tiene su libro

¿Cómo será presentado el libro? ¿Dónde estará a la venta?

Esa fue mi mayor desilusión, pero una que transformé en una lección de vida. Lo primero que pensé cuando se detectó el coronavirus en Panamá y se anunciaron las medidas para mitigar los contagios, fue: ‘¿Qué va a pasar con la Feria del Libro?’. Faltaban cinco meses, y mi esfuerzo estaba enfocado en la meta final, que era presentar el libro ahí. Soñaba con interactuar con lectores, firmar ejemplares, y todo ese brillo y escarcha. Tenía un acuerdo verbal con un importante grupo editorial de Panamá, a quien le llegué a entregar el material. Pero con la cuarentena, el cierre de la actividad comercial y la nueva realidad, las circunstancias cambiaron. Aunque me dijeron que sí iban a publicar el libro -eventualmente- fueron muy enfáticos en que había que esperar a ver qué pasaba. Decidí empujar mi proyecto yo misma. Nos guste o no, esta es la realidad que nos ha tocado. Resistirse no va a cambiarla. Ya le había invertido mucho tiempo, ilusión y recursos a mi sueño. Nadie iba a impulsarlo con más destreza, entusiasmo y cariño que yo. Ahora estoy trabajando con El Hombre de la Mancha, que distribuirá el libro en sus sucursales, y también estará en las principales farmacias y supermercados, al igual que en plataformas digitales.

Volvamos atrás ¿Por qué Café con Teclas? Cuéntanos la historia del nombre de la columna.

Cuando iba a registrar el blog le di muchas vueltas al nombre, hasta que se me ocurrió este. Me gustó de una vez, porque sentí que transmitía la calidez de sentarte a platicar en confianza con una amiga, con un aromático café en la mano.

¿Cuáles han sido, hasta el momento, los escritos que más gustaron?

Es una incógnita. A veces escribo de algo que pienso que pasará sin pena ni gracia, y me sorprende la respuesta. La columna Nuestro triunfo en Sochi tuvo más de 800 compartidas en Facebook, lo cual me pareció extraordinario, considerando que en verdad perdimos ese -y los demás- partidos del Mundial de fútbol, entonces me doy cuenta que no importa el tema, sino el sentimiento con que uno escribe. A pesar de que yo escribo en un lado, y las personas leen en otro, es posible transmitirlo y conectar con un teclado.

Una pregunta difícil: ¿Cuál es tu columna favorita?

Todas son un pedazo del tejido del que está hecho mi vida. No pudiera decirte cuál es mi favorita, pero admito que hay algunas que hoy no me gusta leer. Me recuerdan lo vulnerable o diferente que alguna vez fui, lo cual no es malo, porque me hace apreciar cómo he crecido.

¿Cuál es tu clave para conectar con las personas en tus escritos? La sinceridad. Hasta para mí ha sido una sorpresa leer los comentarios de personas que me dicen: ‘Pensaba que yo era la única a quien le pasaba x o z cosa’. No pretendo mostrar una vida perfecta, porque nadie, sin importar quién sea, la tiene. No me da pena reconocer que me ha tocado corretear a mis hijos con chancleta en mano o que he tomado decisiones menos que acertadas. La vida es una carrera de obstáculos que hay que sortear con humor y gracia.

¿Hay alguna columna que empezaste y no pudiste terminar?

Tengo varias. No porque no quería terminarlas, sino porque la idea debía madurar o debía esperar un desenlace. Así que las dejo a un lado, hasta que les llegue su momento. La vida es un misterio por resolver, así que al escribir de las cosas que nos pasan y sentimos, vamos hurgando en nuestros espacios más ocultos. A veces quiero decir algo, pero no sé qué, hasta que de pronto me sucede algo y digo: “¡Ahhhh, era esto!”. Me he conocido más escribiendo esta columna, que mirándome en el espejo.

Háblanos de experiencias con los lectores, alguna anécdota de esas que animan a seguir escribiendo.

Me ha pasado que estoy en un lugar y se me acerca alguien con timidez a comentarme alguno de mis escritos, sin saber cuánto agradezco que haya tenido el valor de venir a decirme esas palabras. Hace unos meses mis hermanas y yo invitamos a mi mamá al concierto de Horacio Valdés en el Teatro Nacional, cuando se terminó, se nos acercó una desconocida, dijo que le encanta la columna y me pidió tomarse una foto conmigo. Mi mamá quedó creyendo, jaja…

Café con Teclas ya tiene su libro

Café con Teclas ya tiene su libro

Perfil: Sarita Esses es columnista de la revista Ellas donde comparte las historias de su blog Café con Teclas. Nació en Japón en 1974 y a los tres años se radicó junto a su familia en Panamá. Creció en el seno de una comunidad judía conservadora y es la mamá de cinco varones. Estudió Comunicación Social en la Universidad Santa María la Antigua. Ha sido editora de los especiales de Ellas.