No está bien que lo diga, pero hay días tan complicados que solo mejoran cuando sé que hay ensalada de papas en la cafetería. Tengo que ponerme las pilas y apurarme, de lo contrario, cuando llego ya se acabó.

Ustedes no tienen idea de cómo a la gente de La Prensa le gusta la ensalada de papas. La verdad es que a todos los panameños nos encanta. Conozco a pocas personas que le hacen el feo a este platillo. Es tan difícil como encontrarme con alguien a quien no le guste el chocolate. ¿Ustedes conocen a alguien que no coma chocolate? Saquen de esa lista a los que tienen problemas de salud.

Fiesta popular que se respeta tiene ensalada de papas. Era imprescindible en las fiestas de cumpleaños en los barrios para acompañar el arroz con pollo. Hasta el día de hoy me sirven arroz con pollo, ensalada de papas y plátano en tentación y me siento como en una fiesta. Nada más me falta la música.

Por supuesto, la combinación no es la más nutritiva: arroz y papa. Hay gente que la come hasta con macarrones. Nooo. Aunque, ¿quién soy para juzgar? Seguro está emparentada con la famosa ensalada rusa. Por estos lados tenemos una variación y le echamos remolacha para que quede rosadita. A esa le llamamos ensalada de toldo o de feria, porque es muy común encontrarla en las fondas de esos lugares.

También está la ensalada de chayote con mayonesa. Me perdonan sus seguidores pero esa no me gusta. Es más, me disgusta porque de lejos la confundo con la ensalada de papas, qué decepción.

Alguien me dijo una vez que el mejor secreto para una ensalada de papas es agregarle algo crujiente: manzana, apio, nueces, ¿o todo lo demás?

Al final creo que ciertas comidas nos gustan tanto porque nos recuerdan a la familia o los platos de mamá o los de abuelita. Para mí la mejor ensalada es la que hace mi mamá.

Y lo dejo hasta aquí porque tengo que apurarme antes de que se termine la ensalada de papas en la cafetería.