Una de las cosas más frecuentes que traen las personas a sesión es el no avanzar en algo desde hace tiempo o incluso estar atentos a los demás y ponerse en último lugar.
A menudo nos encontramos posponiendo tareas, convencidos de que estamos siendo productivos o que necesitamos más tiempo. Sin embargo, esta es una trampa común de la procrastinación. A continuación, exploraremos 8 tipos de procrastinación y sus soluciones para ayudarte a avanzar y lograr tus metas.
1. Productividad Falsa:
El problema: creer que “estar ocupado significa estar progresando”.
Muchas personas aprendieron esa forma y la continúan, incluso generando algo así como una evasión del ahora, lo que nos impide ver algo más.
La cura: prioriza las tareas que realmente te hacen avanzar. El progreso se mide por los resultados, no por la ocupación.
2. Sobre-preparación:
El problema: sentir que se necesita más planificación o investigación antes de empezar. Muchas personas están más que preparadas, sin embargo por inseguridad, creen que no.
La cura: establece un límite de tiempo para la preparación y luego actúa. El progreso ocurre a través de la acción, no de la sobre-planificación.
3. Evitar conversaciones difíciles:
El problema: posponer los conflictos con la mentalidad de “lo enfrentaré más tarde”.
La cura: aborda los problemas a tiempo. Los problemas no resueltos solo se hacen más grandes con el tiempo.
4. Retrasos basados en el miedo:
El problema: “No quiero estropearlo”.
La cura: establece una fecha límite para comprometerte. El progreso ocurre cuando avanzas, no cuando piensas demasiado.
5. Ayudar a los demás:
El problema: decir: “Haré mi trabajo después de ayudar a todos los demás”.
La cura: establece límites. No se puede verter de una taza vacía.
6. Saltarse tareas:
El problema: sentir que “estoy haciendo cosas, pero no las difíciles”.
La cura: comienza con la tarea que más evitas. Esa es generalmente la que más importa.
7. Perfeccionismo:
El problema: creer que “aún no está listo” o “ahora no es el momento adecuado”.
La cura: el perfeccionismo es solo procrastinación disfrazada. Termina la tarea y luego mejora si es necesario.
8. Revisar el trabajo terminado:
El problema: “Déjame retocar esto una vez más antes de seguir adelante”.
La cura: el crecimiento ocurre con nuevos desafíos, no perfeccionando los antiguos.
El primer paso para superar la procrastinación es reconocer qué tipo de procrastinador eres. Al identificar los patrones que te detienen, puedes aplicar la “cura” adecuada para liberarte y lograr tus metas.
Estos casos suenan simples y sencillos de resolver, sin embargo es ideal hacer estos cambios de la mano de un mentor, coach o terapeuta orientado a resultados, para asegurarte de estar descubriendo también la causa de la procrastinación, ya que muchas veces puede venir de nuestros ancestros, padres, aprendizajes vividos.
¿Con cuál de ellos te has sentido identificada?
¡Te leo!

