En estos tiempos que corren, en donde la incertidumbre y la ansiedad están a la orden del día, es común que nuestro sistema nervioso esté en alerta.
Cómo ser el ancla emocional de tu pareja o alguien cercano
Cuando esto sucede, no solo les afecta a ellos, sino que impacta la dinámica de la relación. Ser capaz de ofrecer consuelo y ayuda a calmar ese “modo alerta” es un acto de amor profundo y una habilidad esencial para cultivar un vínculo sólido y resiliente. No se trata de resolver sus problemas, sino de ser un refugio seguro.
Algunas estrategias para ello:
1. Las palabras reconfortantes: Cuando la persona se sienta abrumada, un diálogo empático puede ser su salvavidas.
¿Qué puedes hacer?
Empatiza: frases como “Sé que esto puede ser realmente duro para ti” valida su experiencia sin juicios.
Afirma su valor: “Eres increíblemente importante para mí” o “Valoro mucho tu esfuerzo” le recuerda su significado.
Valida sus acciones y emociones: “Hiciste lo mejor que pudiste en esa situación” le libera de la carga de la culpa o el arrepentimiento.
Ofrece soporte incondicional: “Estoy aquí para ti, pase lo que pase” le da la seguridad de que no está solo en su lucha.
2. El confort físico
El contacto físico es un potente regulador del sistema nervioso.
Un abrazo prolongado y sincero: puede liberar oxitocina, reduciendo el estrés y promoviendo la conexión.
Una palmada suave y gentil en la espalda.
Un brazo protector alrededor de su hombro o cintura.
Un masaje relajante en la cabeza o los hombros.
Todos estos son gestos que comunican: “Estoy contigo, te apoyo”. El simple tacto puede ayudar a “apagar el modo alerta” del que se habla en la gestión de la incertidumbre.
3. La presencia plena
En un mundo lleno de distracciones, ofrecer nuestra atención plena es un tesoro.
Dejar de lado el teléfono, apagar el televisor y dedicarse por completo a escuchar y observar a la persona.
Sentarse en calma, sin presiones ni agendas ocultas.
Compartir una actividad conjunta en silencio, como un paseo o una taza de té, comunica un mensaje poderoso de “eres mi prioridad”.
Es estar “en contacto” con una presencia genuina, un anclaje en el presente.
4. Actos de amabilidad
Las pequeñas acciones cotidianas pueden tener un impacto gigante. Preguntarle qué necesita en ese momento y atender esa necesidad.
Enviar un mensaje de texto inesperado y lleno de cariño.
Cocinar su comida favorita después de un día difícil.
Encargarte de una tarea que sabes que les estresa.
Son gestos que refuerzan el sentimiento de ser amado y valorado.
5. Gestos significativos
Finalmente, los detalles significativos dejan una huella duradera. Una nota escrita a mano expresando tu aprecio, una playlist de canciones que saben que le calmarán o animarán, comprarle algo pequeño que sabes que necesita o desea, o enviarle un regalo con el mensaje “Estoy pensando en ti”, son formas creativas de recordarle que está en tu mente y corazón. Estos gestos nutren la relación y les ayudan a “resetear” su ánimo, recordándoles el amor que los rodea.
Ayudar a calmar el sistema nervioso de tu pareja o persona querida es un acto de amor consciente. Al integrar estas prácticas, no solo apoyas su bienestar individual, sino que fortaleces la conexión y la resiliencia de su vínculo, creando un espacio de paz y seguridad en el que ambos pueden florecer.
¡Buen fin de semana!