¡Hola, chicas! Es sorprendente que me sigo redescubriendo como mamá y después de un par de meses en calma, dedicándome exclusivamente al cuidado de mi bebé, he estado retomando poco a poco la rutina y volviendo al trabajo, ahora con una responsabilidad añadida.

Esto me ha llevado a explorar un nuevo nivel de organización y quiero compartir algunas de las cosas que me han funcionado a mantenerme organizada.

  • Aprovechar las notas del celular para apuntes: Siempre anoto a medida que voy recordando tareas para que no se me olvide nada y esta es una de la herramientas más simples; pero para mí, efectivas porque mi celular siempre está conmigo. Lo importante es que anotes de una vez para que no se te olvide la idea.

  • Entender que no hay un orden perfecto para hacer las cosas: Ser mamá me enseñó que la planificación es importante, pero la flexibilidad es esencial. Antes, podía seguir un plan al pie de la letra. Ahora, aprendí que no siempre hay un orden ideal para hacer las cosas. Si tengo la oportunidad de adelantar algo lo hago. Porque sé que en cualquier momento puede surgir algún imprevisto. Ser flexible no es desorden; es estrategia. ¡Es adaptarse al flujo real de la vida sin dejar de avanzar!

  • Eliminar tareas innecesarias porque ahora el tiempo vale más: Aprendí a ser aún mas selectiva con el tiempo. Ya no hago tareas por amor al arte o por cumplir con expectativas ajenas. Si algo no es urgente, no aporta valor o simplemente no tiene sentido en mi realidad actual, lo elimino sin culpa. Trabajar inteligentemente significa decir “no” a lo que te desenfoca y “sí” a lo que realmente importa.

  • Usar la tecnología para avanzar más rápido: La tecnología se volvió en una aliada clave para simplificar mi vida. Desde hacer las compras del súper en línea hasta agendar una consulta médica por WhatsApp, o resolver dudas y buscar ideas en segundos con herramientas como ChatGPT. No tengo que hacerlo todo sola, delegar tareas a un mensajero o automatizar procesos me permite liberar tiempo para lo que sí necesita mi presencia.

  • Las metas diarias y semanales son mi brújula: Me he dado cuenta de que, sin metas claras, los días se me pueden ir resolviendo lo urgente y dejando lo importante para “después”. Por eso, cada semana establezco objetivos concretos y cada día me enfoco en tres tareas que me acerquen a ellos. Son como un pequeño GPS que me guía y me da dirección, sin exigirme perfección. Si logro avanzar en esas tres cosas me siento ganadora, porque recuerda que ¡pequeñas acciones diarias traen grandes resultados!

Así que mamás, no olviden que el tiempo no alcanza para todo; pero sí para lo que es importante para ti.

Besos,

Sheldry