Hoy ha sido uno de esos días en que tengo vapor en la cabeza y arrastro mis dedos sobre el teclado. Me siento insípida como un mango verde y un poco alarmada. ¿Será que ahora sí ya he escrito sobre todo lo que pudiera hablar?

Al parecer, esta semana no ha habido nada que me alegre, sorprenda, conmueva u ofenda. Nada. Nothing. Niet. Pero mis lectores, benditos sean, han salido al rescate. Compartí en mi cuenta de Instagram un pedido, no de auxilio, sino de inspiración. Estas son algunas de las sugerencias que me llegaron en respuesta:

“Pregúntale a los antivax qué sugieren ellos para salir de esto”. Me imagino que se refiere a la pandemia. Emm, gracias por la idea, pero me temo que no se va a poder. A mí me convencieron de ponerme la vacuna hace apenas dos semanas. O sea, no hace mucho yo tenía un pie plantado en el otro bando.

Alguien más me escribió: “Sentirse falto de inspiración. Es súper común y nos hace sentir especialmente mal a todos”. Sí. ¡Me siento fatal! Pero no puedo escribir otra vez de eso. Ya lo hice en marzo 2018 y en noviembre de 2020.

“El impuesto del 8%, a ver qué nos dice”, sugirió otra y me quedé fría. “¿De qué habla?”, le pregunté, y me dijo que de las manifestaciones que esta iniciativa propiciaron en la Tumba Muerto. (Yo no tenía idea ni de una cosa ni de la otra. No sé en qué momento pasó esto o cómo me lo perdí. Pero gracias por contarme).

“Sobre tu madre. Soy fan”. Yo también soy fan de mi madre, y la verdad sea dicha, es una estrella con luz propia. Cada vez que se aparece en mi feed de Insta, se dispara el engagement. Pero eso es algo completamente orgánico que no puedo orquestar. Pero pregúntame lo que quieras y le paso el mensaje. Gracias.

 “Esta semana solo pienso en las mujeres de Afganistán”, expresó alguien preocupada. Este es un tema muy serio e inquietante, no solo para las mujeres, sino para el pueblo afgano en su totalidad y la estabilidad global. PERO, a pesar de eso, no puedo dejar de reírme del comentario ¿incompetente?, ¿ingenuo?, ¿desconectado de la realidad? del vocero del Departamento de Estado de los Estados Unidos, quien hizo un llamado al nuevo gobierno talibán, para que sea más inclusivo y representativo, con la participación completa y significativa de las mujeres. Jajaja, eso es como decirle a un león que sea más pacífico o pedirle a China que sea menos comunista.

“Cómo embarcarse en un nuevo proyecto a los 50 y 60 años”.  Señora, ¡yo qué voy a saber! Le aviso en 10 o 20 años, cuando llegue allá. Por mientras, le sugiero el libro La Magia de Reinventarte: 10 pasos para encontrar para que eres bueno, atreverte y emprender exitosamente, de Verónica Avilés. O tal vez Tu mejor año: Un plan de 5 pasos para alcanzar tus metas más importantes, de Michael Hyatt. No he leído ninguno, pero ambos están en Amazon.

En fin, estas fueron las ideas que me dieron. Ninguna funcionó para escribir la columna, pero miren que la unión hace la fuerza: todas juntas sí lo hicieron.

Muchas gracias queridas lectoras. Les debo una.