“Buenos días, buenas noches, ¿cómo te sientes?, tranquilo, respira, apóyate en mí, estuvimos acompañando a su familiar, todo va a salir bien, tómate este tecito de canela”.

Estas son las sanadoras frases que tienen en común las enfermeras Elba Espinosa de Isaza y Eyda Escudero.

Elba se recibió como enfermera en 1964 y Eyda, en 2008. A pesar de ser de generaciones diferentes, han pasado pruebas de fuego en su carrera, de esas que llegan de sorpresa y cuando uno menos se lo espera. El 12 de mayo se conmemoró el Día Internacional de la Enfermería.

A continuación la historia de Eyda Escudero:

Labora en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid, en el cuarto de urgencias, y es docente en la Universidad de Panamá. Confiesa que lo suyo es pura vocación; desde pequeña vio a sus abuelos y papá servir a otros. “Mis abuelos eran auxiliares de enfermería y mi papá técnico en enfermería, si vuelvo a nacer, de nuevo escojo esta carrera”, afirma Eyda.

Eyda Escudero, enfermera en área de urgencias: “Hay que pedirle mucho a Dios para tener toda la paciencia necesaria”

Durante la pandemia, Eyda atendió en urgencias a pacientes con Covid-19.

El área de urgencias es una zona crítica, por lo que asegura que la clave para llegar de buen ánimo es que la profesión te guste. Por otro lado, recalca que para estar allí la parte espiritual es fundamental. “Hay que pedirle mucho a Dios para que nos ayude a tener toda la paciencia necesaria y el respeto hacia el paciente, los familiares y tener esa empatía”, detalla.

Eyda Escudero, como muchas otras de sus colegas, atendió directamente a pacientes de Covid-19 durante la pandemia. “Trabajé en urgencias con estos pacientes. Llegué a ver un abuelo que se levantó de la cama a tocar la ventana y puerta levantando sus manos en señal de desesperación porque no podía respirar, como diciendo: ¡'ayúdenme!’”, recuerda aún conmovida.

Otra situación que la impactó fue ver cómo algunas de sus colegas, que recién daban a luz, tuvieron que llevar a sus bebés al interior del país para que fueran cuidados, por miedo al contagio en ese momento. “Era como desprenderse de sus familias para cuidar de otros, algo muy duro pues un bebé necesita ser amamantado”.

Eyda Escudero, enfermera en área de urgencias: “Hay que pedirle mucho a Dios para tener toda la paciencia necesaria”

Eyda Escudero se graduó de enfermera en 2008. Asegura que lo suyo es pura vocación. Sus abuelos eran auxiliares de enfermería y su papá técnico en enfermería.

Durante la pandemia, las enfermeras debían doblar turnos lo que ocasionó que Eyda se quedara dormida al volante a las 6:30 a.m. llegando a su casa en La Chorrera. Su auto fue pérdida total; ella solo tuvo heridas y golpes, lo que considera un milagro.

Enfatiza que la clave para trabajar de cara a la muerte es tener a Dios en el corazón. “Hay que conocer al Espíritu Santo, decirle que habite en nuestra mente y nuestro corazón para que venga a nuestra boca y de ella salga algo positivo. Hay que pedírselo todos los días”.

Aconseja aprovechar el tráfico y poner una oración, o escuchar música cristiana e invocar a Dios; solo así considera que se puede llegar con una espiritualidad al trabajo y enfrentar las pruebas que depare el día.


* Puedes leer la historia de la otra enfermera Elba Espinosa de Isaza aquí

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