No puedo precisar cuándo empecé a enamorarme de mi selección. Sí sé que fue por el año 2000, cuando Panamá empezaba a ser parte de las noticias futboleras como equipo. Ya jugábamos aquí, en el Estadio Rommel Fernández, frente a equipos de Centroamérica, México y el Caribe. Igualmente, nuestra selección iba a estos países a disputar cupos para clasificaciones internacionales.
El nombre de “La Marea Roja” se le dio cuando un diario local la llamó de esta forma, comparándola con una marea roja, como un tsunami rojo, para simbolizar la gran cantidad de aficionados que llenaban nuestro estadio con banderas, gorros, estolas, etc., todos de color rojo. Y qué decir de la camiseta de Panamá: era verdaderamente una marea que, con su fuerza, ayudaba a darle energía y motivación a nuestra sele. Yo estuve en algunos de esos juegos, ahhh… y antes de iniciarlos. Cuando cantábamos el Himno Nacional, la emoción era tan grande que casi no podía pronunciar las palabras. Ahí supe que ese amor sería para siempre.
El día 15 de octubre del año 2013, nuestra sele tuvo la oportunidad de disputar el último juego para ganarse un cupo para Brasil 2014. Jugamos en el Rommel, noche que creo la mayoría de los panameños que no pudimos asistir al estadio recordamos con el corazón encogido. Íbamos ganando 2-1 y, en el tiempo de reposición, USA nos metió dos goles. Silencio total. Se acabó el juego con la tristeza y frustración de no haber podido ir al mundial. Yo lloré. Escribiendo esta nota lo recuerdo como si fuera ayer. Nuestros muchachos dieron todo para ganar, pero no lo logramos.
Luego viene la historia feliz. El 10 de octubre de 2017 nos llegó nuevamente la oportunidad de disputar el último partido por un cupo al Mundial Rusia 2018. Jugamos contra Costa Rica y ganamos… ¡2-1! Cuánta emoción, inolvidable. Ahí sellé mi amor para siempre a mi amada selección. El día que nuestra sele cantó nuestro bello Himno Nacional en Rusia, ese momento tan anhelado, muchos aquí en Panamá no podíamos cantar: teníamos los ojos hinchados, las lágrimas corriendo y un nudo en la garganta de tanta emoción. Qué bello fue ver a nuestra SELE finalmente en un mundial.
Como la vida continúa, y ya hace siete años de esa hazaña, vamos de nuevo a pelear por otro cupo al Mundial USA, Canadá y México. El partido es este 13 de noviembre. Tenemos un gran equipo, una nueva generación que se ha ido preparando en estos últimos años. Muchos de nuestros jugadores, orgullosamente, juegan en ligas internacionales y lo hacen excelente. Estamos muy orgullosos de ellos. ¡Vamos por ese cupo, lo vamos a lograr con la bendición del Señor! Me lo creo. Vamos, muchachos, son orgullo de nuestra querida patria. ¡Los amo!
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