Padres y educadores escuchan cada vez más a los jóvenes decir: “no me gusta estudiar” o “¿para qué me sirve estudiar?”

La psicóloga Marilys Quirós, coordinadora del Programa de Becas del Consejo del Sector Privado para la Asistencia Educacional (Cospae), ofrece algunas preguntas que los padres pueden hacerse para enfrentar la indiferencia de sus hijos e hijas ante el estudio.


¿Qué sí motiva o entusiasma a mi hijo o hija?

Si a un joven no le interesan los estudios regulares probablemente hay otros temas que sí ocupan su atención: la música, los videojuegos, el deporte, el maquillaje. Conocer los tópicos que llaman su interés puede ser una forma de entrar a su mundo y comprender qué les gusta y atraerlos al aprendizaje.


¿Cuáles son sus expectativas para como padres?

No es raro que desde muy pequeños los estudiantes manifiesten afinidad por algún tema: “mamá, quiero ser youtuber” o “papá, quiero ser astronauta”. Si la reacción de los padres es la burla (el niño no tiene aptitudes para lo que dice o menciona una carrera que no nos parece adecuada) es probable que poco a poco pierdan el deseo por compartir sus sueños con sus tutores o de tener sueños.

Igualmente cuando los padres ya han decidido una carrera para sus hijos, sin tomar en cuenta su opinión, viene la desmotivación. Es importante conocer a los hijos, ayudarlos a descubrir sus gustos y sus talentos, y hacerles preguntas: “si quieres ser youtuber, ¿qué cosas requieres aprender?”, “¿qué destrezas debes conocer?”, “¿cómo crees que podrías vivir de ello?”. No preguntas para desanimarlos sino para guiarlos a una reflexión.


¿Existe algún problema de salud?

Una alimentación inadecuada, con exceso de azúcares, problemas de trastorno alimenticio, falta de sueño o incluso, más grave, una depresión pueden ser factores que produzcan desmotivación escolar. Es importante buscar ayuda.


¿Qué valores está viendo mi hijo y cuáles quiero enseñarle?

No pocos han escuchado este cuestionamiento: “¿para qué voy a estudiar si fulanito no estudió y gana mucho dinero?”. Los padres deben expresar sus puntos de vista sobre personas que acceden a puestos sin merecerlos o ganan dinero de forma corrupta. No para dar un sermón. Mas bien preguntar: “¿realmente te gustaría ser conocido como alguien que gana dinero de manera inmerecida o quitándole a otros?”, “¿piensas que es algo que no tiene consecuencias negativas?”, “¿te daría satisfacción a la larga esa vida?”. Escuchar y conectar con los hijos es vital para guiarlos.


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