No es para nada diferente la función de un jefe de recursos humanos en una institución pública o privada. He tenido la oportunidad de  conocer ambos entornos, cada una con su propia mística, y puedo decir que el impacto de un buen liderazgo siempre será el mismo.

Un jefe debe ser mediador, saber escuchar, observar, contar con criterio propio y no tener prejuicios por nada ni por nadie para poder ejecutar con equilibrio y sabiduría.

En cuanto a la imagen de jefatura, alguna veces he observado cierto patrón: soberbia, escasa expresión, sin sonrisas. Me preguntaba si era común actuar así, hasta pensé que era una nueva técnica sugerida por algún gurú. Pero no es más que una actitud que algunos adoptan con la finalidad de poner alguna barrera. La verdad es que yo me quedo con lo práctico y cómodo: la sonrisa y la cordialidad, porque no quiero que me recuerden como una trabajadora del área de recursos humanos de comportamiento severo y poco agradable.

Un jefe de Recursos Humanos debe conocer de primera mano a su personal, cuáles son sus fortalezas, y darles el protagonismo que cada uno merece. Se entiende que hay jefes castigadores, pero la práctica ha demostrado que nadie funciona con el látigo.

Estamos en el siglo XXI, eso significa que entre más motivado esté un equipo de trabajo mejores resultados  producirá. Además de que la tecnología nos está abriendo el compás a nuevos modelos y técnicas de trabajo, por ello, es mejor ser flexibles y  enfocarse en  resultados.

Hay que observar muy de cerca las cualidades y habilidades de todos los miembros para impulsarlos y encaminarlos. Es necesario ejercer una función más dinámica que marque una diferencia en el manejo del personal que los estimule a crecer como seres humanos.

El área de Recursos Humanos, a lo interno, debe sentirse bien para poder transmitir ese mensaje a la organización. Es un departamento que debe ser apoyo y asesor al mismo tiempo, por lo que el jefe de esta unidad necesita estar claro en los procesos que trabajará su equipo.

Debe ser atento y dado al servicio, poder sugerir y asesorar a las distintas unidades de la organización, así como también debe sentirse escuchado, porque de nada servirá tanto estudio y coordinación si los mandos superiores no atienden las recomendaciones que vienen de este  sector que es como el pulmón de la organización.

Seguiremos en otra vuelta.