No llamarlo “fuga”, “evasión del hogar” ni “irse con el novio”. No minimizar lo que puede ser el inicio de un delito. Registrar cada caso con detalle: edad, estado civil, contexto. Reconocer que muchas son adolescentes y preadolescentes, y que en esas desapariciones puede haber trata de personas, abuso o explotación. Acompañar a las familias que las buscan con equipos interdisciplinarios.

Las anteriores eran algunas de las recomendaciones de las investigaciones Mujeres desaparecidas en Panamá y La desaparición de mujeres en seis provincias del país, publicadas en 2011 y 2015, por un equipo de investigadora encabezado por Gladys Miller Ramírez y Carmen Antony García. Esos vacíos que señalaban siguen sin llenarse.

Otra de las recomendaciones de aquellos estudios fue precisamente visibilizar el tema a través de otros formatos de comunicación. De esa necesidad surge el documental Dónde están ellas, como un esfuerzo por volver a poner en el centro de la conversación pública un fenómeno que, aunque persiste, continúa invisibilizado en las estadísticas oficiales y en las políticas de prevención y atención de la violencia de género en Panamá.

El audiovisual fue presentado en un evento que incluyó un conversatorio, organizado de forma conjunta por el Ministerio de la Mujer, las organizaciones de mujeres Cladem y CEFA, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ONU Mujeres y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, quienes produjeron y respaldaron el proyecto visual.

Un audiovisual basado en la investigación

La directora Isabella Gálvez dirigió la pieza audiovisual, donde uno de los retos era presentar el dolor de la desaparición sin revictimizar.

Durante el evento de lanzamiento, la profesora Gladys Miller, coautora de estas investigaciones, enfatizó que “el primer factor de riesgo sigue siendo el hecho de ser mujer”. A esa condición se suman factores agravantes como la pobreza, la etnia, la discapacidad y el territorio de residencia. También advirtió sobre el riesgo de utilizar términos como “evasión voluntaria” para referirse a casos de adolescentes que huyen de situaciones de abuso o violencia intrafamiliar: “¿Qué de voluntario hay cuando una niña tiene que huir de un hogar que no le garantiza seguridad?”, cuestionó.

Avances institucionales y vacíos persistentes

Uno de los anuncios centrales del evento fue la reciente creación, en marzo de este año, de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, bajo la resolución N°11 del Ministerio Público. Su representante, el licenciado Gustavo Barragán, explicó que la Fiscalía busca articular los esfuerzos de investigación, centralizar datos y garantizar que los casos sean abordados con los mismos estándares en todo el país, incluyendo áreas rurales y comarcales donde los desafíos son mayores.

Barragán reconoció, sin embargo, que la mayor debilidad sigue siendo la falta de comunicación y conocimiento ciudadano sobre los mecanismos existentes, como la alerta Amber. “Estamos abajo del 1% de la población que tiene conocimiento o acceso a este mecanismo”, alertó. En la actualidad, se mantienen 22 casos activos bajo alerta Amber.

Por su parte, la ministra de la Mujer, Niurka Palacios, detalló las acciones de prevención y atención que adelanta su despacho, como la línea 182 de atención a víctimas de violencia, las campañas de sensibilización como No calles tu denuncia y el trabajo articulado dentro del Consejo Nacional para la Prevención de la Violencia contra la Mujer (Convimu). También adelantó que se está explorando el desarrollo de un botón de pánico digital que permita a las mujeres alertar de forma confidencial situaciones de riesgo.

Un problema estructural que requiere políticas sostenidas

El panel coincidió en la urgencia de establecer un Plan Nacional de Prevención y Atención de Desapariciones de Mujeres que supere los abordajes fragmentados y temporales. “Esto no puede ser algo que aparece y desaparece cuando se vuelve mediático; requiere políticas públicas sostenidas, basadas en investigación científica, con enfoque interdisciplinario y perspectiva de género”, subrayó Gladys Miller.

Al cierre del evento, la moderadora Rosa Lucía Peña, del PNUD, recordó que la desaparición de mujeres es parte de una cadena de violencias estructurales que afectan con mayor intensidad a grupos como mujeres indígenas, afrodescendientes, jóvenes y niñas, por lo que las respuestas deben ser interseccionales y coordinadas.

El evento y el documental Dónde están ellas son el resultado de un trabajo colaborativo entre instituciones públicas, organismos internacionales y organizaciones de mujeres. La participación activa del Ministerio de la Mujer, el Ministerio Público, el Ministerio de Gobierno, Cladem, CEFA, PNUD, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y otras instancias es reflejo de un compromiso compartido que ahora necesita traducirse en acciones concretas, sostenidas y financiadas.