Al final del día Gikza Isenith Serrano, rescatista voluntaria de Sinaproc, vio que el contador en su teléfono marcaba 45 mil pasos. Nunca había caminado tanto.

A Tierras Altas llegó el miércoles 4 de noviembre. Formó parte de un equipo que caminó desde Volcán, a Cerro Punta, Bambito y Alto Bambito. Tenían la misión de verificar el estado de las personas en comunidades incomunicadas. Fue un alivio, dijo, ver que estaban sanas y salvas. Su grupo rescató a una mujer indígena junto a sus tres hijos.

En los albergues encontró a niños que le contaban: “en mi casa había un perrito, ¿usted lo puede buscar?”. No poder dar respuesta a esos niños la conmovía, sobre todo porque ella es figurante en la unidad canina. Esta fue su primera experiencia en campo, hasta ahora solo había asistido a muchos seminarios y entrenamientos.

Nació en Chiriquí pero es voluntaria en la base de Sinaproc en Veracruz, Panamá Oeste. De esta experiencia, tan difícil, también aprecia el haber visto a muchas personas dispuestas a ayudar.