Describe tu cargo o tu trabajo
Gerenciar los procesos de cada uno de los diferentes proyectos de obra civil que desarrolla la empresa YC Engineering, que no solo construye, sino que diseña, administra y remodela proyectos de obra civil. Mi empresa tiene ocho años.
¿Cuál ha sido el mayor desafío en tu carrera siendo mujer?
Marcar un sitial, ganar un reconocimiento, lograr una imagen, un nombre. La lucha de las mujeres en una carrera como la mía que históricamente ha sido llevada por hombres, es muy duro marcar. Decir: “permiso, que nosotras también podemos, dame la oportunidad de mostrarte un poquito de lo que hacemos”.
Eso ha costado muchos años. Hay gente que me dice: “ah, pero la empresa es joven”, o “la empresa tiene bastante tiempo”, les respondo: “no, esto cuesta, no es un trabajo de la noche a la mañana”. Lo llevé de manera independiente mucho años, aprendiendo el negocio, sabiendo cómo se podía administrar o gerenciar una empresa, y más de obra civil. En las diferentes actividades que desempeñes en la ingeniería civil la gran mayoría la llevan los hombres.
Algo que nos debe sentir muy orgullosas es que nosotras somos muy ordenadas. No solo va a mandar una mujer, sino que te voy a decir cómo quiero que trabajes para mí; hay choques y fricción. Que tengas que trabajar con hombres que quizás no tengan cierto nivel de educación, la mujer a veces se siente insegura; yo me sentí insegura muchos años entrando a proyectos. La mujer se siente vulnerable.
¿En qué momentos te has sentido así? ¿fue a comienzos de tu carrera?
Todavía batallo con eso, porque cuando me toca llegar a reuniones, ya sea por parte del cliente, donde yo administro el proyecto, en la mesa están sentados hombres, todos hombres, y mucho mayores que yo. No solamente tienes que llegar con una bonita actitud sino que tienes que venir predispuesta a que de alguna manera tienes que ganártelos, hasta donde la paciencia y la tolerancia te lo permita.
A veces me ha tocado decir: “dame chance, déjame mostrarte un poquito del trabajo y ya verás que todo va a fluir”. Entras con muchos reflectores sobre ti y con una energía no muy agradable; los reflectores están puestos sobre ti percibiendo que falles en lo mínimo. Eres juzgada cuatro veces peor que si ese error lo hubiese cometido un hombre.
Tenemos unas expectativas muy altas sobre nuestros hombros, y tenemos estándares muy altos que, sin embargo, poco a poco con los años hemos podido marcar territorio y cada vez subir un poco más ese nivel de exigencia, ojo para ellos, porque para nosotras es más fácil.
Pero ese nivel de exigencia que está marcando la mujer en el mundo de la construcción, los ha obligado a ellos a mejorar y perfeccionar. Ya la mujer está marcando territorio y estamos identificando claramente la diferencia. Y muchos me dicen a veces: “explícame por qué te tengo que dar este proyecto a ti, y no a un hombre”, yo les digo: “dame un solo mes para que te enamores de la manera de ejecutar proyectos de una mujer. Y quizás no me la des a mí, pero vas a estar abierto para dársela a otra mujer el día de mañana”.
Portada de la edición impresa de revista Ellas publicada el viernes 17 de marzo de 2023. Personaje: Yaitza Camaño. Fotógrafía: Janín Gastón - Click, Art & Memories/@janingaston
La última vez que sentiste o presenciaste una situación de discriminación en tu campo
Antes de pandemia, fue la última vez que tuve un sin sabor. Estaba administrando un proyecto a un cliente y no pudo venir del extranjero. Me pidió ir a una reunión con los que crearon el proyecto. Llegué, me senté y recuerdo que uno de los ingenieros me preguntó si yo era ingeniera, le respondí que sí, y se echó a reír. Me dijo: “espero que existan más neuronas que perfume en su ropa”.
Le contesté “se lo puedo asegurar”. Recuerdo que también le respondí: “yo espero que usted tenga las suficientes neuronas para sostener este proyecto, y entregarlo en tiempo, calidad y costo”.
¿Los juegos que hacías de niña o las cosas que te gustaban en tu infancia tienen que ver hoy con tu trabajo?
Para nada. Siempre fui super femenina. Fui la reina de todo. Cuando dije que iba a estudiar ingeniería civil, mi mamá se quedó en shock, dijo: “no puede ser”. A mi me encanta, yo amo lo que hago.
De niña me encantaba la pintura, el piano, amaba el ballet, aunque nunca pude practicarlo. Pero algo me marcó. Estaban haciendo una calle al frente de mi casa, yo tenía siete años. Todos los días veía hombres y vi bajar a esta mujer espectacular de un pickup, con unos jeans ajustados, su camisa bonita, un casco rosado. Cuando se bajó ella era como la reina, “ingeniera esto”, todo el mundo le hacía caso; ella dulcemente mandaba.
¿En algún momento sentiste ganas de renunciar (durante tus estudios o principios de tu carrera)? Si fue así cómo lo superaste
Muchas veces. Me gradué de la Universidad Tecnológia de Panamá (UTP), es una universidad muy completa, difícil, me enorgullece decir que salí de esa universidad.
Venía de colegios públicos, del interior, mi nivel académico no estaba a nivel de otros compañeros de colegios privados de la ciudad. Me tocó tres veces más poner de mi parte....
Recuerdo que llamaba a mi mamá y le decía: “mamá, no puedo”. Ella me decía: “hija, a algunos les cuesta más, a otros les cuesta menos. Si tú ves que a ti te cuesta más, debes aportarle más horas, pero no significa que no vayas a dar la talla, significa que tienes que dedicarle más tiempo. Si esto es realmente es lo que amas, dedícale el tiempo que consideres y lo vas a lograr”.
Le metí alma, vida y corazón. Me quise retirar muchas veces, sentí el sabor de las primeras F, jamás en mi vida había ganado una F. Llegué a fracasar en varias materias. Pero es ahí donde uno dice, me tengo que levantar, tengo que seguir. Cada persona tiene que estar muy clara, si realmente sientes que esa profesión es la que te va, naciste para eso o no.
Yaitza posee tres postgrados: en Diseño de Proyectos, Diseño de Interiores y en Análisis de Presupuesto. Aquí posa con su caballo Sir. Lancelot. Fotos: Janín Gastón
* Suscríbete aquí al newsletter de tu revista Ellas y recíbelo todos los viernes.
