“Perdona si se me escucha extraña la voz, es que me estoy muriendo de frío”, me advierte la panameña Katheine Boyce desde California a través de nuestra llamada por Whatsapp.

Apenas pudo, viajó a visitar a su familia en Estados Unidos y al momento de nuestra llamada llevaba tres semanas con ellos. La incomodidad por el clima no se notaba en su voz, como sí lo hacía el entusiasmo con el que suele hablar en su redes sociales donde abraza a una comunidad digital a la que influye a través de su historia.

Katherine Boyce es una emprendedora panameña, creadora de contenido online, comunicadora y especialista en marketing digital. En 2017, fue elegida por Forbes como una de las 50 mujeres más poderosas de Centroamérica y el Caribe. Este año fue nombrada como una de 10 líderes del futuro de Panamá luego de un estudio internacional, realizado mediante un proceso de inteligencia artificial,  que analizó el impacto positivo de figuras en el ámbito digital nacidas luego de 1990 y su rol como líderes.

Creció con su abuela Elena, una afropanameña nacida en la década de 1930, quien residía en la antigua Zona del Canal donde experimentó un entorno de segregación racial, traducido, entre otras cosas, en falta de oportunidades. Por esas experiencias, cuenta que su abuela la crió con un insistente lema: “cuando eres negro, te toca estudiar el doble”; y aunque no entendía completamente los motivos de ese argumento, porque no había experimentado las vivencias de su abuela, Katherine así lo hizo. Ocupaba los primeros lugares en el colegio, participaba en cada actividad académica, cultural o deportiva en la que pudiera, estudió dos carreras simultáneas en la universidad. Aún así, el choque con la realidad de la que le hablaba su abuela, pronto llegaría.

Sin personas negras en la tv nacional

Las telenovelas que veía de niña despertaron en ella un interés en comunicación y en crear para la pantalla. “cuando eramos niños, no había Internet, así que muchos estábamos inmerso en el mundo de las telenovelas. Decía que algún día quería estar en una o hacerla”, recuerda.

En la iglesia, desde adolescente, empezó a obtener conocimientos básicos de producción cuando se apuntó para ser voluntaria en el área de audiovisuales.

Cuando tuvo que elegir una carrera universitaria, no hubo duda. Estudió producción de radio y televisión. También le gustaba el periodismo. Estudió ambas licenciaturas a la vez, producción en la mañana; periodismo, en la noche. En las tardes estudiaba idiomas. “Recuerda, había que esforzarse el doble”, recalca siguiendo el consejo de su abuela.

La experiencia que, como cuenta, marcó su historia sucedió al inicio de su prometedora vida profesional. Culminando su carrera universitaria, empezó a trabajar en el departamento de producción de una televisora local. Le iba muy bien en su trabajo, incluso, recibía incentivos por su buen desempeño. Era hora de intentar algo nuevo, le despertaron las ganas de ser presentadora de televisión y fue a pedir la oportunidad a sus jefes. “Claramente me dijeron, ‘Katherine, no puedes porque eres negra y a la gente no le va a gustar'”.

“Siento que me lo dijeron desde un lado extraño. Cuando cuento esto, la gente suele decir que esos jefes eran racistas, pero era más que nada porque realmente no había negros en la televisión y que por eso, seguramente, a la gente no le gustaría verme. Quizás no fue porque soy negra y que no iba a poder porque no les gustaba mi color, sino porque era la norma”.

Ese portazo le hizo abrir sus propios caminos. Tuvo la idea de abrir un canal de Youtube, donde el color de su piel no sería obstáculo para crear y mostrar sus ideas. “Agradezco que todo pasó de cierta forma porque luego de empezar a subir contenido a Internet se desbloquearon ciertos aspectos en mi vida que no habrían llegado si me hubiesen dado esa oportunidad en televisión. Me gusta contar esa historia porque hay gente que se encuentra piedras en el camino, no solo en aspectos de racismo. Si esta historia puede ayudar a impulsar a alguien, me complace compartirla”.

‘La gente elige verme’

Abrió su canal de Youtube en 2012, cuando la idea de ser youtuber no estaba asimilada en la mente de los panameños.

Empezó grabando videos donde expresaba sus ideas u opiniones sobre temas como la política o relaciones. Su audiencia empezó a crecer al poco tiempo y de manera rápida. “Un día eran mil, otro 5 mil y 50 mil personas. Fue como una respuesta a quienes decían que mi color de piel no le iba a gustar a la gente. Sobre todo porque en la televisión ves lo que la compañía quiere proyectar, pero en Internet tú eliges a quién quieres ver”.

El ‘no’ que impulsó a una ‘youtuber’ panameña a la lista de las más poderosas

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Cuando empezó a grabar videos, aun vivía con su abuela Elena, a quien debió explicarle por qué se le escuchaba hablando tan alto a las 3 de la madrugada (mientras grababa videos para su canal). “Cuidé a mi abuela en el hospital antes de que falleciera. Mientras ella estaba en su lecho, le ponía mis videos en el celular y entraba en una paz increíble. Eso ha sido lo mas gratificante de subir contenido en Internet. Ver a esa abuelita, que siempre me impulsó, disfrutar de ese contenido”.

En su canal hace vlogs, documenta sus viajes y experiencias en grabaciones, lanza retos, da a conocer más sobre Panamá y los países que visita. En total, sus videos suman más de 25 millones de visualizaciones. Pero para ella, los número siguen siendo solo eso, cifras. “Estamos en un sociedad donde lo importante es cuántos likes o seguidores alguien tiene. Al final del día, hay creadores que pueden tener medio millón de followers, pero  su contenido no les genera ingresos u otros beneficios”.

Por su labor en plataformas digitales, ha trabajado con Unicef, ganó el Premio Excelencia al canal de Youtube favorito de los panameños, ha representado a Panamá en foros internacionales de revista Forbes y ha presentado en proyectos de televisión como Vigor challenge, Calle 7, entre otros.

Piensa que a las personas les gusta ver sus videos gracias a la autenticidad con la que se expresa. También cree que valoran su evolución; su paso de ser una universitaria a una profesional y luego la fundadora de una empresa . “Lo que tiene que ver con tus vivencias, la naturalidad, fuera de lo planeado, lo auténtico, conecta más con las personas. Hay plataformas para todo, si alguien quiere ver contenido con alto nivel de guion y producción, se va a Netflix”.

No más empresas ‘offline’

 

 

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El modo de hacer sostenible una empresa ahora es diferente a como se hacía hace 10 o 20 años, como indica Katherine. Tener plataformas digitales, exposición o una comunidad que sepa lo que haces, a quienes puedas exponer tus ideas y trabajo, es una oportunidad.

En 2017, la panameña fundó Digital Coffee Group, una agencia de marketing digital y comunicaciones que ayuda a los clientes en su transformación digital. En 2012, empezó a ofrecer servicios de producción audiovisual y con la llegada de la era empezaron a contactarle empresas que quería dar ese paso de lo offline a lo digital.

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Cuando llegó la pandemia de la Covid-19, donde los consumidores no podían salir a comprar de la manera usual, las ventas online hicieron que los negocios tuvieran que dar el paso, obligado, a lo digital.  “Lo vengo diciendo desde 2012, hay que dar el paso al mundo online, pero siento que en Panamá cuesta desaprender. Antes la gente compraba marcas, ahora compran personas. La comunicación debe ser más orgánica y humana. En nuestro país las empresas acostumbran a venderse como las número uno del mercado, pero las personas ya no quieren ese discurso. El reto mayor lo tienen las empresas con muchos años de existir, pero estamos entendiendo la importancia de migrar a los digital”.

Si quieres emprender digitalmente…

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Muestra tu historia. Puedes empezar subiendo un video a Instagram. “Habla de tus servicios, de tus experiencias. Si estás empezando, expón ese proceso. Conversa sobre lo que estás aprendiendo en el camino y cómo las aprendes. Aplica esos aprendizajes, muestra tus resultados y luego ofrece esos servicios. Cuenta tu historia, todo el mundo tiene una. Qué es lo que te representa y por qué haces lo que haces”.

Tener presencial digital y una comunidad que la sigue trae consigo una responsabilidad que Katherine ha canalizado de distintas formas. Creó el proyecto Arte Panamá, que ha brindado becas a más de 800 estudiantes para estudiar la rama artística que elijan. También ha sido invitada a foros internacionales como el de Mujeres Poderosas, de Forbes, donde comparte su experiencia. Además, está por lanzar Inkonformes, una escuela digital para formar emprendedores en Latinoamérica. Su objetivo es impulsar a otros con su historia.

“No porque tengo esta exposición quiero hacer estas cosas. Siempre ha estado en mi corazón impactar a otros,  pero no puedo negar que la plataforma digital es un beneficio. Soy una panameñita vida mía más que se ve impactando desde cualquier área donde Dios la ponga. Quiero influir positivamente, sin importar si de repente a vida me saca de lo digital y me pone en otro lugar”.