Las 14 horas de diferencia entre Panamá y Japón, y los horarios de una atleta olímpica en preparación, representaron un reto para coincidir en esta entrevista. Emily contestó con una sonrisa a la videollamada vía Zoom desde su dormitorio en Tokio. Ella hablaba conmigo al mediodía del miércoles y yo le respondía a las 10 de la noche de un martes en Panamá. Con el apoyo de su mamá y la constante comunicación entre nosotras, logramos encontrar un espacio para esta entrevista luego de uno de sus entrenamientos.
En las olimpiadas de Tokio 2020, Panamá está representado por una delegación de 10 atletas. La más joven, que cumplió 16 años en Japón, es la nadadora panameña Emily Santos, dueña de más de 30 medallas en competencias de natación y de varios récords nacionales. Ella competirá en la natación 100 metros pecho, donde también está por debajo de la media de edad de las competidoras que suelen ser mayores de 20 años.
Desde los 11 años participaba en competencias de natación. A los 14, ya representaba a Panamá en los Juegos Panamericanos Lima 2019. De los 84 atletas que formaban la delegación panameña en esos juegos, también era la más joven. En ese evento deportivo, el más importante de América a nivel multidisciplinario, rompió la marca nacional femenina de los 100 metros pecho.
Emily Santos, la nadadora de oro de Panamá
Se enteró que estaba clasificada a las olimpiadas de Tokio 2020 tres semanas antes del inicio del evento. Siempre supo que iría a unos juegos olímpicos, su esfuerzo y trabajo en la piscina le hacían sentir que era un sueño que se haría realidad. Lo que no sabía es que a los 15 años ya estaría viajando al evento deportivo cumbre como la nadadora prodigio que viste los colores del esfuerzo y de la bandera de Panamá.
‘Oh, realmente soy buena en esto’
Emily practica triatlón desde los 6 años de edad. De las tres disciplinas que componen este deporte (ciclismo, carrera y natación) estar en el agua siempre le gustó más.
Emily Santos, la nadadora de oro de Panamá
Viene de una familia de deportistas. Sus papás disfrutan de hacer entrenamiento físico, ciclismo, kayak, entre otros. “A mis hermanas y a mí siempre nos pusieron a hacer de todo y eventualmente cada una escogía lo que más le gustaba”, recuerda la nadadora.
Emily Santos, la nadadora de oro de Panamá
A los 8 años un coach la vio nadar y se ofreció a entrenarla. Al principio Emily veía este deporte como un pasatiempo que le encantaba, pero alrededor de los 12 años de edad empezó a participar en competencias y ganó su primera medalla. Vio que su talento era especial. “Llevaba un rato nadando, pero no sentía que era algo del otro mundo. Pero a esa edad me di cuenta de que me gustaba competir y me dije: ay, mira, realmente me puede ir bien en esto”.
Cuando la escuela sí apoya al atleta
Emily Santos, la nadadora de oro de Panamá
Por su esfuerzo y el trabajo en equipo junto a sus papás y entrenadores, fue convirtiéndose en una mejor nadadora cada día. Ser una atleta de alto rendimiento significa más entrenamiento. Paralelo a esto, estaban sus estudios, y en ocasiones una responsabilidad interfería con la otra. Ella entrenaba en las madrugadas, antes de acudir a sus clases, y por las tardes.
Para equilibrar la escuela con la natación necesitaba apoyo y en el colegio donde estudiaba no lo encontró. “Cuando empecé a competir y a viajar, algunos profesores no me dejaban tomar ejercicios ni entregar tareas si faltaba a una clase. Dependía de mis compañeros para ponerme al día. Tuve profesores que llegaron a decirme que era mejor si me salía de natación y solo me enfocaba en la escuela”.
Su familia decidió cambiarla de escuela. En su nuevo colegio, si debía cumplir con compromisos deportivos fuera del país podía enviar las tareas online y sus profesores le ayudaban con las lecciones. Viendo hacia atrás, Emily asegura que ese fue el mejor paso que pudieron tomar, representó un gran cambio para su desempeño escolar y deportivo.
Emily Santos, la nadadora de oro de Panamá
Desde el año pasado, se mudó a Estados Unidos para estudiar en una escuela deportiva, es decir, se estudia y se entrena en el mismo lugar. Un entrenador que conoció hace varios años contactó a su familia para hablarles de ese colegio para atletas. Esa oportunidad fue una sorpresa para ella, que planeaba terminar sus estudios en Panamá. “Me ha encantado la experiencia en la nueva escuela. Es un colegio deportivo con un programa internacional. He conocido otros atletas y mi equipo de natación es muy chévere”
Su escuela tiene la infraestructura que en Panamá suele ser difícil de encontrar. Cree que si algún atleta panameño quiere preparase mejor en su disciplina, eventualmente tendrá que salir del país donde piscinas cerradas o sin mantenimiento son todavía un obstáculo. Sin embargo, está notando cambios positivos en Panamá “Eso me pone muy feliz. Se están haciendo cosas, pero siento que falta mucho”.
Ella es la única estudiante de su colegio que irá a las olimpiadas de Tokio. “Mis compañeros estaban que no lo creían. Me hicieron una fiestecita. El club de natación de mi escuela es nuevo y hay muy buenos atletas”.
Muchos le han dicho que ser una atleta a tan corta edad es muy sacrificado y le impide hacer actividades propias de una adolescente, como irse de fiesta o de vacaciones. “Nunca he sentido que me he perdido de algo, al contrario, siento que gano mucho porque disfruto esto. Estoy rodeada de muchas personas que me apoyan y tienen el mismo objetivo que yo”.
La segunda atleta olímpica más joven en la historia de Panamá
Emily Santos, la nadadora de oro de Panamá
Estaba compitiendo en Barranquilla, Colombia, cuando se enteró de su clasificación olímpica. “Viajé allá porque quería bajar mis tiempos. Había terminado de nadar y estábamos en el hotel descansado. Llamaron a mi mamá para darle la noticia. Ella vino llorando, luego empecé a llorar yo; al lado estaba el entrenador, con lágrimas también” recuerde entre risas.
Celebró en Panamá con su familia y a los pocos días ya estaba en un avión rumbo a Japón. Siempre soñó con llegar a los juegos olímpicos, pero no pensó que su oportunidad sería Tokio “Como los juegos estaban tan cerca y yo aún estoy muy joven. Siempre he trabajado mucho y he tenido esa meta, pero nunca estuve 100% segura de que iba a ocurrir”.
Llegó a Japón 10 días antes del inicio del compromiso olímpico para participar de un campamento en la ciudad de Tachikawa, ubicada al oeste de Tokio. Ahí recibió sus 16 años. Ella es la segunda atleta más joven en representar a Panamá en unas olimpiadas. El récord lo mantiene la nadadora Eileen Coparropa, que llegó a Atlanta 1996 con 15 años y 109 días.
Emily Santos, la nadadora de oro de Panamá
Aunque le encantaría conocer mejor la capital japonesa, por medidas de restricción ante el covid-19, los atletas deben mantenerse dentro de las villas olímpicas. Su familia tampoco podrás ser parte del público durante sus competencias.
Para llegar a ser una atleta de alto rendimiento a tan corta edad, la dedicación y el esfuerzo lo son todo: “Si te gusta lo que haces, no se sentirá como un sacrificio, sino como una inversión para algo más grande que quieres lograr”.
Emily Santos, la nadadora de oro de Panamá
Bajar los tiempos es uno de los aspectos que más esfuerzo requiere para un profesional de la natación. A otras nadadoras que están empezando en esta disciplina aconseja no rendirse “Cuando comienzas a competir, siempre es mas fácil bajar tiempo, pero cuando vas creciendo, bajar segundos y hasta milésimas se vuelve más complicado. Puede llegar un punto en el que sentirás frustración de no bajar tanto como querías, pero esfuérzate, que eventualmente llegarás. Habrá momentos en los que sentirás que quieres parar. Son esos momentos en los que más debes seguir”.
Emily Santos nadará por primera vez en Tokio 2020 el domingo 25 de julio a las 5:59 a.m, hora de Panamá. La semifinal será en esa misma fecha, a las 8:50 p.m y la final será el lunes 26 de julio a las 9:17 p.m.