¿Por qué consideras que vale la pena invertir tiempo y dinero en ir a ver una obra de teatro?

Es muy fácil. En el teatro, a diferencia del cine, no puedes editar. Es en vivo y lo que ves es lo que es. Para todo gran actor o actriz de TV o cine, hacer teatro es un reto. Tiene un gran valor pararse en un escenario y no equivocarte, porque no puedes echar para atrás o decirle al público, “aguanta, esto no era así”. Y no es que no se equivocan, pero requiere habilidad poder salvar la situación, saber sacar adelante la escena sin que el público se dé cuenta, o poder ayudar a su compañero a que lo haga.

 

Inauguran en octubre Teatro Pacific. ¿Qué propició este proyecto?

En Panamá hace muchos años hay una necesidad de espacios para presentar teatro. Me gusta hablar de esto como un centro cultural, más que de una sala de teatro, porque tendrá tres espacios multiuso. Queremos que se convierta en un punto de reunión para todas las disciplinas: teatro, artes plásticas, música, presentaciones literarias, etc. En la medida en que existan más espacios, se irá generando una mayor demanda. Queremos educar a la gente a que, así como va a la cartelera de cine, diga: “vamos a ver qué hay en el teatro”.

 

¿No va a competir con las otras salas que ya existen?

De ninguna manera. Las artes no compiten, las artes unifican. Mientras más espacios haya, vamos a generar más artistas. Somos más bien aliados, encaminados a crecer toda la actividad cultural en Panamá.

 

¿Cómo generas más espectadores?

Tú acostumbras a la gente. ¿Cómo ahora van al cine más que antes? Porque se fueron abriendo más cines y cada cine tenía más salas. Es exactamente el mismo principio. De hecho, ya la gente asiste al teatro mucho más que antes. Aspiramos a que vayan más, y no solo a ver teatro, sino presentaciones de danza, ópera o algún concierto.

Diana Abouganem: “vamos a ver qué hay en el teatro”

Diana Abouganem: “vamos a ver qué hay en el teatro”

En los 19 años que llevas produciendo teatro, ¿qué ha cambiado?

Sí hay una gran diferencia con lo que era en aquel entonces. Hemos ido involucrando, no solo actores, sino a gente joven, despertado una nueva generación que hoy en día estudia y se prepara en el extranjero para ser artistas que estén en la rama de manera profesional, con un diploma. Por eso es importante proyectos como este. Somos un semillero de productores para que, poco a poco, gente nueva, con un riesgo económico bajo, pueda entrar a hacer lo que hago yo. Ahora ves muchos actores, pero pocos productores. Debería haber más para generar más obras. Todos nos necesitamos. El actor necesita al director, el director al productor, y todos necesitamos de la sala. Somos un círculo en que no puede faltar una de las piezas.

 

¿Cuál es tu género teatral predilecto?

Me apasionan los musicales, que es con lo que comencé. Al igual que las comedias, siempre son muy atractivos. La gente acostumbra a decir “me gusta ir al teatro a reírme”. ¿Pero acaso vas al cine a reírte? ¿O miras televisión para reírte? No, vamos para ver buen contenido, y hay unos dramas de verdad maravillosos. Son muy enriquecedores y puedes salir tan satisfecho como con una buena comedia, que también tiene contenido: no es solo reírte de un chiste ligero. Así que sí; lo que más me gusta es el musical, pero desde que he ido haciendo otro tipo de cosas me he ido enamorado igual, y creo que al final eso es lo que uno quiere: poder hacer de todo.

 

¿Qué obra te encantaría poner en escena?

De los clásicos ya he hecho muchos que me seguirán gustando, pero ahora quiero hacer cosas nuevas, como Dulce confusión [escrita por Benjamín Cohen], una obra de cero, donde no hay referencia. Son otros retos.

 

¿Cómo ha fortalecido el apoyo de la empresa privada al teatro?

Gracias a la empresa privada y a gente que realmente cree en la cultura para un país, es que en Panamá tenemos lo que tenemos. Es una realidad: nuestros gobiernos nunca han sido muy apoyadores en el sector cultural. Ninguno. Ayudan, pero hasta donde pueden. Si descansáramos en lo que un INAC nos apoya, estaríamos todavía muy años luz. Unos más, otros menos, pero la empresa privada siempre nos ha apoyado. Ahora, en estos últimos años hemos estado muy tropezados, porque, bueno, la economía ha mermado.

 

¿Y a pesar de eso se animaron a hacer una inversión de esta magnitud?

El país no se puede detener. Todo el mundo está recortando gastos, pero debemos seguir adelante. Tal vez no podamos producir grandes espectáculos que cuesten $60 el boleto, y nos enfoquemos en obras más pequeñas, hasta que el país se estabilice. Esto siempre es como un ciclo, sube y baja. Pero ya era el momento para hacer este centro cultural. No porque Panamá lo necesite, sino porque lo merece.

Perfil:

Enfermera de profesión y productora de teatro por vocación. Estudió en la Universidad Autónoma de Guadalajara, en México, e hizo una especialidad en educación para pacientes diabéticos en Miami, Estados Unidos. Empezó a producir teatro hace 19 años para exponer a sus hijos a esta expresión artística. Es fundadora de la Academia de Danza Developpé (ahora Studio 9), del Teatro La Quadra, y es CEO de Turquesa Producciones. De sus montajes destacan los ganadores de los Premios Escena: ‘El violinista sobre el tejado’, ‘The Producers’, ‘Rent’ y ‘El Ahogado’, y otras como ‘Chicago’, ‘Les Miserables’ y ‘Phantom of the Opera’.