Ninguna de ellas nació para ser reina. Letizia de España, Máxima de Holanda, Charlene de Mónaco y Ángela de Liechtenstein tuvieron que andar solas un camino reservado hasta hace muy poco a aquellas que tuvieran sangre azul.

Fueron educadas sin normas de protocolo y sin un aprendizaje centrado en ayudarlas a representar lo que son hoy: la monarquía, una institución que genera, a partes iguales, aduladores y detractores. Lo que les une es que renunciaron a la gestión de su vida privada por amor.

 

Ángela de Liechtenstein

La panameña Ángela de Liechtenstein -que con solo 160 kilómetros de superficie y una población que no alcanza los 38 mil habitantes, es el cuarto país más pequeño de Europa- es la primera afroamericana en entrar a formar parte de una dinastía europea reinante.

Se casó con Maximiliano de Liechtenstein en la iglesia de San Vicente Ferrer, en la ciudad de Nueva York, hace exactamente 18 años. Tienen un solo hijo, el príncipe Alfonso, que nació en 2001, sexto en la línea de sucesión al trono.

Ángela nació en Bocas del Toro, Panamá, y cursó su formación en la prestigiosa Parsons School of Design. Pronto se convirtió en una excelente diseñadora de modas. Hizo colaboraciones con los diseñadores Adrienne Vittadini, y hasta llegó a ganar el Dedal de Oro, los galardones que se entregan anualmente a personalidades dedicadas al mundo de la moda e imagen en España, por su trabajo con Oscar de la Renta.

Ángela nació en Bocas del Toro, Panamá, y cursó su formación en la prestigiosa Parsons School of Design. Se convirtió en una excelente diseñadora de modas.

Tuvieron una boda de ensueño y Ángela diseñó su propio vestido de novia. Por razones de trabajo, la pareja se trasladó a vivir a Alemania, y aunque han mantenido un perfil bajo, no han dejado de participar en los eventos oficiales en los que se ha requerido su presencia. De las familias reales europeas, podría decirse que la de Liechtenstein es la que menos se asemeja a la idea original del cuento de hadas. La mayoría de sus miembros, como Ángela y Maximiliano, ha preferido vivir como personas comunes y sin la presión de pertenecer a la riquísima realeza de Liechtenstein. Actualmente, la Corona del pequeño principado situado entre Austria y Suiza está regentada por Hans Adam II, quien lleva 27 de sus 72 años en el trono.

Ángela y su familia con frecuencia viajan a Pedasí, donde tienen una casa, y no es extraño que se dejen ver por sus calles. Cualquier pedasieño sabe decir dónde viven los príncipes.

 

Letizia de España

Cuatro plebeyas convertidas en princesas

Cuatro plebeyas convertidas en princesas

Es la primera reina en España que ha pagado una hipoteca. Cuando Letizia Ortiz se casó con el entonces príncipe Don Felipe de Borbón hace más de 14 años en la Catedral de la Almudena de Madrid, con más de 1,200 invitados, se contó casi todo de ella. Es perfeccionista, dicharachera y apasionada. Dejó su profesión como periodista para convertirse en el centro de la noticia. Desde octubre de 2006 ha manejado con voz propia su agenda en la que predominan los temas sociales, en particular los relacionados con la infancia, con los que se le ve más cómoda. Poco a poco se ha ido adaptando con su estilo espontáneo a la rigidez de la institución que representa.

Dejó su profesión como periodista para convertirse en el centro de la noticia. Desde octubre de 2006 ha manejado con voz propia su agenda en la que predominan los temas sociales, en particular los relacionados con la infancia.

El momento más triste de su vida llegó con la inesperada muerte de su hermana pequeña Érika Ortiz. Los más felices han estado marcados por el nacimiento de sus dos hijas, Sofía y Leonor. Se dedica en cuerpo y alma a su papel de madre. Se ocupa personalmente de su educación, las lleva al colegio, hace con ellas los deberes y es extremadamente celosa de su intimidad. En el último mes hemos visto un intento de acercar la vida privada de la familia real al gran público con escenas rodadas de un almuerzo cotidiano, pero los que la conocen dicen que lo que más le ha costado es aceptar que los flashes de la prensa del corazón van a perseguirle de por vida. En sus apariciones mediáticas, trata de lucir impecable y apuesta por la moda española. Mantiene a sus amigos de siempre con los que sale a cenar o al cine por la capital española.

 

Máxima de Holanda 

Cuatro plebeyas convertidas en princesas

Cuatro plebeyas convertidas en princesas

Antes de conocer al príncipe Guillermo de Holanda, había trabajado en banca, pero la cúspide de su carrera profesional llegó al ser asesora del secretario general de la ONU en materia de finanzas. Máxima Zorreguieta sigue usando su posición en la realeza neerlandesa para promover el acceso de personas desfavorecidas a los servicios de las entidades financieras.

Su historia encarna el tradicional cuento de hadas. Dicen que conoció al heredero al trono mientras bailaba con desenfado en la Feria de Abril de Sevilla. Se casaron en 2002 en la catedral de Ámsterdam cuando ella tenía 30 años. La ceremonia tuvo cierto sabor amargo para la novia, ya que el Gobierno de Holanda prohibió a su padre, Jorge Horacio Zorreguieta, ministro de la dictadura de Jorge Videla, la entrada al país, y este no pudo acompañarla hasta el altar.

Dicen que conoció al heredero al trono mientras bailaba con desenfado en la Feria de Abril de Sevilla. Se casaron en 2002 en la catedral de Ámsterdam cuando ella tenía 30 años.

La ejecutiva argentina tuvo que renunciar a su nacionalidad para entrar en la familia real holandesa, pero consiguió que en la tierra de los tulipanes bailasen tango y comieran el bife argentino. Su estilo se define por los colores fuertes y con carácter. Es habitual verla lucir pamelas, sombreros y tocados de fantasía. La “rubia de la pampa”, como la apodó la prensa, está considerada como una de las mujeres mejor vestidas del mundo. Su espontaneidad, simpatía y el hecho de que en poco tiempo logró pronunciar frases con sentido en el enrevesado holandés conquistaron el corazón de sus súbditos. Estas cualidades han sido sus aliadas para tolerar sin gruñidos los comentarios, a veces ácidos, de la prensa. En sus compromisos públicos diarios ha puesto el acento en causas solidarias como el impulso a la inclusión social en Holanda.

 

Charlene de Mónaco

Cuatro plebeyas convertidas en princesas

Cuatro plebeyas convertidas en princesas

La belleza y discreción con la que Charlene Wittstock se presentó ante la sociedad monegasca como la novia oficial del príncipe Alberto la encumbró como la sucesora de Grace Kelly, 24 años después de la muerte de la legendaria actriz de cine que convirtió, gracias a su carisma, al pequeño principado en el centro de reunión de los negocios y el glamur.

La nadadora desfiló con elegancia en la Gran Gala de la Cruz Roja de 2006 con un vestido color nude y unos llamativos pendientes de oro blanco, dispuesta a convertirse en la futura consorte de Mónaco. Rubia, alta, sencilla y con clase, conquistó todas las miradas sin miedo a las cámaras, causando una gran expectación. Charlene nació en Bulawayo, Zimbabue, el 25 de enero de 1978, desde donde emigró a Sudáfrica con tan solo 12 años.

Rubia, alta, sencilla y con clase, conquistó todas las miradas sin miedo a las cámaras, causando una gran expectación. Charlene nació en Bulawayo, Zimbabue.

La natación ha sido su gran pasión, tanto, que la prensa la ha apodado como “la nadadora de Sudáfrica”. Este deporte también le trajo el amor. En el año 2000 Charlene ganó la medalla de oro en los 200 metros espalda en el Encuentro Internacional de Natación de Monte Carlo, que Alberto presidía como príncipe de Mónaco. Pero pasaron seis años hasta que hicieron público su noviazgo en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín. Se dieron el sí quiero en uno de los salones más espectaculares del Palacio Grimaldi ante 4 mil invitados. En ese momento se convirtió en Su Alteza Serenísima. Desde entonces compagina su vida palaciega y los compromisos solidarios con su afición a la poesía y el arte contemporáneo, pero ha tenido que abandonar otros hobbys como el surf o la escalada.