Antes de que salga el sol, se van elevando afuera de la ventana globos de colores. Si uno no está lo suficientemente despierto, pudiera pensar que está soñando o viendo un espejismo. Así de maravilloso es el panorama.

Capadocia, que significa  “tierra de bellos caballos”, no está en el mapa. Este es el término turístico con el que se denomina a la región histórica de Anatolia Central, en Turquía, y que abarca parte de las provincias de Kayseri, Nevsehir, Aksaray y Nigde.

A solo una hora en avión de Estambul, es increíble el contraste entre la cosmopolita capital turca y este destino, que por un lado recuerda a Los Picapiedra y por el otro asemeja un lugar de La Guerra de las Galaxias.

 

Capadocia alucinante

Capadocia alucinante

Las curiosas formas que caracterizan su topografía son el resultado de millones de años de erosión, que fueron esculpiendo los fairy chimneys, o “chimeneas de hadas” que  hacen a Capadocia famosa. El relieve de la región es lo suficientemente blando como para permitir que, a lo largo de los tiempos, los habitantes fueran escarbando las rocas para construir sus moradas. Muchas de estas cuevas continúan habitadas al día de hoy. De hecho, varios hoteles alojan turistas en cavernas modificadas con todos los lujos del presente siglo, haciendo de su visita una experiencia aún más memorable.

Los atentados terroristas que sacudieron a Turquía en 2016 mermaron el turismo, algo que lamentan los habitantes del área, pues su economía depende en gran parte de la afluencia de los visitantes.

Además de sus encantos naturales, que incluyen valles y montañas, la región goza de una gastronomía rica en sabores (hay que probar el té de manzana), y una producción artesanal que seduce a los turistas con coloridas cerámicas y alfombras tejidas.

 

Capadocia alucinante

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Frescos milenarios

Museo al aire libre de Goreme

Fue listado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1985. Los asentamientos en esta área empezaron cuando los cristianos del período romano fundaron varios monasterios en los siglos III y IV. Al igual que la mayoría de las construcciones en Capadocia, no se trataba de edificios, sino de estructuras excavadas en la roca. En su periferia aún se aprecian restos de iglesias, monumentos, capillas, alcobas y almacenes. Destacan los frescos que decoraban los recintos religiosos, los cuales se mantienen en buen estado.

Capadocia alucinante

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Ciudad subterránea

Las cuevas de Kaymakli

Esta es la más famosa de las ciudades subterráneas, donde siglos atrás los habitantes de la región se refugiaban de las invasiones. La ciudad fue escarbada en el débil subsuelo y alcanzó un tamaño que podía albergar a miles de personas por meses. Los turistas pueden acceder a cuatro de los nueve niveles bajo tierra descubiertos hasta ahora. Adentrarse en las cuevas involucra tener cuidado con la cabeza y agacharse en varios lugares. Entre túneles y escaleras se pueden apreciar dormitorios, cocinas, capillas, áreas de almacenaje  e incluso sepulturas.

Capadocia alucinante

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Canicas en el cielo 

Amanecer desde un globo

La más popular atracción turística de Capadocia hace que valga la pena madrugar y estar listo para que te recojan del hotel a las 4:15 a.m. Volar en un globo aerostático es fascinante en cualquier lugar, pero  ver el contraste de incontables globos de colores flotando contra el escarpado paisaje capadocino es alucinante. Es un festival caleidoscópico en el cielo, que dependiendo de las condiciones climáticas, alza vuelo todos los días del año. En los mejores tiempos han llegado a volar 170 globos a la vez, una cifra que ha disminuido por el impacto que ha sufrido el turismo en los últimos dos años. Aun así, es una experiencia magnífica y surrealista.

Capadocia alucinante

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