Uno de los negocios de mayor crecimiento es la hotelería y guardería canina. La competencia en esta área es notoria y la barra de exigencias del público ha subido considerablemente.

Las guarderías aportan una gran solución en el caso de perros que durante el día están demasiado tiempo solos y también en la formación de la estructura social de los cachorros.

La información cada vez mayor sobre conducta y psicología canina ha hecho que las personas comiencen a comprender que los perros tienen muchos más requerimientos que atención veterinaria, una buena alimentación y la vuelta a la manzana. La falta de motivaciones y actividades, al igual que el encierro permanente, puede desencadenar diversos problemas de conducta y repercutir incluso en la salud física.

Quienes tienen la posibilidad económica de ofrecerle a sus animales la oportunidad de acceder a una guardería canina, no solo pueden resolver montones de inconvenientes relacionados con la falta de socialización, destrozos, ladridos excesivos, ansiedad, etc., sino también paliar la culpa que genera el hecho de saber que no estamos ocupándonos de ellos el tiempo indispensable para darles una buena vida.

Aunque el mercadeo de los artículos y servicios para animales están dirigidos hacia las personas (ya que son quienes los eligen), al momento de decidir contratar una guardería siempre debemos considerar lo mejor desde la visión de un perro.

Uno de los errores más frecuentes que se comete al seleccionar un hospedaje para animales es evaluarlo con base en los códigos humanos, y en realidad, a ellos no les importa el glamur del lugar ni los detalles decorativos.

Es obvio que una buena imagen comercial supone que detrás hay un servicio idóneo y si bien es así en la mayoría de los casos, lo que en realidad cuenta es el material humano, la limpieza, una estructura donde los animales no se estresen y vigilancia permanente, por si ocurriera algún accidente o enfermedad.

Cómo elegir una guardería canina

Cómo elegir una guardería canina

Aspectos a tomar en cuenta

Como primera medida, no contratar vía internet sin conocer el lugar. Una buena página web con fotos atractivas puede vender muy bien un servicio, pero conocer el sitio en persona y sus encargados, es lo único que brinda la mayor garantía, aunque accidentes puede haber en cualquier lado.

La idoneidad de las personas que manejan a los animales es lo que debemos priorizar al momento de elegir. Tratándose de lugares donde habrá todo tipo de perros, de diferentes edades y caracteres, es esencial que los encargados conozcan sobre la especie y sepan clasificar a sus huéspedes, no solo para evitar peleas, sino también para promover grupos compatibles de interacción y juego, que aporten momentos positivos y divertidos.

Algunos hoteles y guarderías piden ciertos requisitos de vacunas y certificados médicos antes de ingresar. Esto puede resultar algo molesto en primera instancia, pero también garantiza que su perro estará protegido de aquellas enfermedades que en cierta medida pueden preverse.

La evaluación de un buen servicio se la marcará su perro al llegar al lugar, si presiona de la correa para volver al automóvil o se emociona por entrar y jugar con sus congéneres. Haga caso a sus señales, ellos nunca se equivocan.

El contacto del veterinario

Generalmente, los hoteles para animales cuentan con un veterinario a quien acudir en caso de necesitarlo o uno en el lugar, en caso de ser también clínica veterinaria. De todas formas, siempre deje el contacto de su médico de cabecera, que es quien conoce la historia clínica de sus animales.