No, esto que estamos viviendo en estos días no es el ambiente ideal del teletrabajo. Con niños en casa todo el día, ocupándonos por completo de lavar la ropa, sacarla de la secadora, hacer la comida y limpiar, no es posible concentrarse igual.

Si bien esta modalidad de oficina remota ha sido de gran ayuda para evitar la propagación de la enfermedad Covid 19 y  es un formato para el futuro, las  condiciones en que la estamos ejecutando no es la ideal.

Esperemos que estos resultados no sean una excusa para quienes se oponen a esta fórmula, que en mejores condiciones puede ser de mucho beneficio para trabajadores y empresas.

Ahora en broma y en serio, les compartimos nuestra Lista de Ellas sobre hacer teletrabajo en unas condiciones muy especiales.

1. Lo que en la oficina nos tomaba una hora, en una casa llena de gente, requiere tres, o más. Cuesta bastante concentrarse.

2. Tarde o temprano alguien te va a reclamar que pasas mucho tiempo en la computadora o atendiendo el teléfono.

3. Llega la noche y sigue el teletrabajo, pues no te pudiste concentrar.

4. Después de una importante conversación con nuestra jefa, tenemos que correr a limpiar el desastre que hizo el perro.

5. Algunos de la familia no creen, para nada, que estemos ocupados. ‘¡Mamá tengo hambreeee!’, ‘¿no viste mi pantalón?’, ‘¿se acabó la leche?’.

6. Nadie nos advirtió que necesitaríamos peinarnos para las videollamadas y tener un área apropiada para mostrar en cámara.

7. No nos dijeron que las  videollamadas podían ser casi tan largas como las reuniones regulares.

8. No nos prepararon para ver a algunos compañeros en paños menores. 

9. A punta de pasar vergüenza aprendimos la importancia de no dejar el micrófono encendido y avisar al resto de la familia que estamos en una reunión de teletrabajo. 

10. Esas imágenes de gente que trabaja en su cama o en el sofá son un embuste. No hay espalda que aguante eso después de unas horas.

11. Ni idea teníamos de que que íbamos a echar de menos, y mucho,  nuestra silla de la oficina. Snif.

12. No imaginábamos que sin acondicionador de aire seguro nos  saldría  sarpullido ¡qué calor!