Nuestra nueva investigación muestra que los padres que expresan empatía hacia sus hijos adolescentes pueden darles a estos una ventaja en el desarrollo de esa habilidad. Además, los adolescentes que muestran empatía y apoyo hacia sus amigos tienen más probabilidades de convertirse en padres comprensivos, lo que puede fomentar la empatía en sus propios hijos.
Cómo hicimos nuestro trabajo
El estudio KLIFF/VIDA de la Universidad de Virginia ha seguido a 184 adolescentes durante más de 25 años: desde los 13 años hasta bien entrados los 30.
A partir de 1998, los adolescentes acudían a la universidad todos los años con sus padres y sus amigos más cercanos, y un equipo de investigadores grababa vídeos de sus conversaciones. Los investigadores observaron cuánta empatía mostraba la madre hacia su hijo de 13 años cuando su adolescente necesitaba ayuda con un problema. Medimos la empatía calificando qué tan presentes y comprometidas estaban las madres en la conversación, si tenían una comprensión precisa del problema de sus hijos adolescentes y cuánta ayuda y apoyo emocional ofrecieron.
Luego, cada año hasta que los adolescentes tenían 19 años, observamos si mostraban esos mismos tipos de comportamientos empáticos hacia sus amigos cercanos.
Una década más tarde, cuando algunos de esos mismos adolescentes comenzaban a tener sus propios hijos, les encuestamos sobre su propia crianza. También les preguntamos sobre la empatía de sus hijos pequeños. Por ejemplo, los padres calificaron la frecuencia con la que su hijo “trata de comprender cómo se sienten los demás” y “trata de consolar a los demás”.
Descubrimos que cuanto más empática era una madre hacia su adolescente a los 13 años, más empática era el adolescente hacia sus amigos cercanos durante la adolescencia. Entre los adolescentes que luego tuvieron hijos, los que habían mostrado más empatía por sus amigos cercanos cuando eran adolescentes se convirtieron en padres más comprensivos cuando eran adultos. A su vez, las respuestas de apoyo de estos padres a la angustia de sus hijos se asociaron con informes de empatía de sus hijos pequeños.
Por qué es importante
La capacidad de empatizar con otras personas en la adolescencia es una habilidad crítica para mantener buenas relaciones, resolver conflictos, prevenir delitos violentos y tener buenas habilidades de comunicación y relaciones más satisfactorias en la edad adulta.
Los adultos quieren que los adolescentes desarrollen buenas habilidades sociales y carácter moral, pero simplemente decirles que sean amables no siempre funciona. Nuestros hallazgos sugieren que si los padres esperan criar adolescentes empáticos, puede ser útil brindarles experiencias de primera mano de ser comprendidos y apoyados.
Pero los adolescentes también necesitan oportunidades para practicar y perfeccionar estas habilidades con sus compañeros. Las amistades entre adolescentes pueden ser un “campo de entrenamiento” esencial para que los adolescentes aprendan habilidades sociales como la empatía, cómo responder eficazmente al sufrimiento de otras personas y capacidades de cuidado y apoyo que pueden utilizar como padres. El artículo más reciente de nuestro laboratorio presenta algunas de las primeras pruebas de que contar con amistades adolescentes que nos apoyen es importante para la futura crianza de los hijos.
Qué sigue
Seguimos haciendo un seguimiento de estos participantes para entender cómo sus experiencias con los padres y compañeros durante la adolescencia pueden influir en el desarrollo de la próxima generación. También tenemos curiosidad por entender qué factores pueden interrumpir los ciclos intergeneracionales de baja empatía, agresión y crianza severa. Por ejemplo, es posible que tener amigos que brinden apoyo pueda compensar la falta de empatía que se experimenta en la familia.
Si bien es cierto que no se puede elegir a la familia, sí se puede elegir a los amigos. Dar a los adolescentes la posibilidad de elegir amistades caracterizadas por la comprensión y el apoyo mutuos podría tener efectos dominó a largo plazo para la próxima generación.

