Sarah Ferguson ha sido la última en pronunciarse públicamente sobre el delicado momento que atraviesa Kate Middleton, esposa del príncipe William, que el pasado viernes decidía poner fin a las especulaciones sobre su salud y anunciaba en un emotivo vídeo que ha sido diagnosticada de cáncer tras someterse a una intervención abdominal en enero. Kate, princesa de Gales, también detalló que había comenzado un tratamiento de quimioterapia preventiva.

Sarah, ex esposa del príncipe Andrew, tío de William, quien lucha también con esta enfermedad, está demostrando una vez más la maravillosa relación que mantiene con la Familia Real Británica a pesar de su separación del hijo de la reina Isabel II en 1996 -aunque en los últimos tiempos se ha hablado de reconciliación y nuevo ‘sí quiero’ entre los duques de York-. Ante el anuncio de Kate, Sarah, madre de las princesas Beatrice y Eugenie, ha querido dedicar un cariñoso mensaje a la princesa de Gales para mostrarle su apoyo incondicional en este durísimo trance.

“Todos mis pensamientos y oraciones están con la princesa de Gales mientras comienza su tratamiento. Sé que estará rodeada del amor de su familia y que todos rezan por el mejor resultado”, escribió Sarah en Instagram, confesando que “como alguien que se ha enfrentado a sus propias batallas contra el cáncer en los últimos meses, estoy llena de admiración por la forma en que ha hablado públicamente sobre su diagnóstico y sé que será de gran ayuda para aumentar la concienciación. Espero que ahora se le dé el tiempo, el espacio y la privacidad para curarse”, concluyó, pidiendo abiertamente que durante este proceso se respete la intimidad de Kate y de su familia para que pueda recuperarse sin la presión mediática que ha soportado en los últimos meses.

Un mensaje en el que ha hecho referencia a sus propios problemas de salud. El verano pasado, Sarah Ferguson fue operada de un cáncer de mama que le diagnosticaron en una revisión rutinaria, y se sometió a una mastectomía.

Cuando pensaba que estaba recuperada, este enero -casualmente coincidiendo con los ingresos hospitalarios de Kate y del rey Charles III- anunció que padecía un melanoma maligno del que todavía se está tratando en una exclusiva clínica de Austria.


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