La dieta alcalina es una de esas tantas que alaban las estrellas de Hollywood como Kate Hudson, Jennifer Aniston y la modelo Elle McPherson -de 60 años, pero que parece de 40-. La dieta promete conseguir un peso ideal, aumentar la energía, disminuir los problemas de salud y ayudar a que nos veamos más jóvenes. Solo le falta lograr la paz mundial y acabar con el calentamiento global, aunque, bromas aparte, hay gente que jura que esta dieta es capaz de curar el cáncer.

En este plan de alimentación se limita el consumo de alimentos ácidos y se aumenta el de alcalinos para resetear tu organismo y fortalecer tu piel y tu sistema inmunológico. Lo que aseguran sus promotores es que al reemplazar alimentos que causan exceso de acidez (como la carne, los lácteos, el alcohol, azúcares, mariscos, harina y todo lo hermoso de esta vida), con alimentos más alcalinos (vegetales, legumbres, semillas y frutos secos), tu cuerpo es menos susceptible a las enfermedades y la inflamación, como explica la licenciada Myrna Mencomo, presidenta de la Asociación Panameña de Nutricionistas y Dietistas (APND). “Los alimentos alcalinos tienen mucho oxígeno y su ingesta le transmite ese oxígeno al cuerpo, ayudándolo a estar más sano, radiante, energizado, y como los alimentos alcalinos son por lo general alimentos sin grasa, es obvio que también habrá una pérdida de peso importante”.

El pH: ni edificio ni ‘pub’

El acrónimo pH es la abreviatura de “potencial de liberar iones de hidrógeno” y mide la cantidad de oxígeno que está en nuestra sangre. Cuanto más alto es el pH,  más ácida está y menor capacidad de liberar oxígeno tiene (generando enfermedades e hinchándonos) y cuanto menor sea el pH, mayor número de iones de hidrógeno contiene (lo que nos pondrá lindas y sanas).

Quienes apoyan y promueven este régimen (entre ellos su inventor, Robert Young, actualmente en la cárcel por practicar medicina sin título ni permiso), plantean que después de la digestión, todos los alimentos tienen un efecto ácido o un efecto alcalino en el cuerpo y esto afecta nuestra sangre y nuestra capacidad de producir y consumir oxígeno. Supuestamente, esa capacidad será mejor si mantenemos un pH ligeramente alcalino. Además, apuntan a que un estilo de vida estresante, la contaminación, la falta de ejercicio e inactividad producen acidez e inflamación en el cuerpo, empeorando la situación. Y que gran parte de la solución está en limitar el consumo de ingredientes ácidos y potenciar los alcalinos en tu alimentación. De esa manera, lograrás estabilizar el pH de la sangre y así las reacciones químicas del organismo se reproducirán en forma óptima.

En términos muy generales, el concepto de la dieta no es nuevo, asegura Mencomo. Los médicos naturistas han prescrito durante mucho tiempo una dieta tipo “alcalina” para mejorar la salud de sus pacientes. Pero la mayor parte de la comunidad médica se opone a la teoría, ya que insisten en que los pulmones son los que controlan el equilibrio del pH de nuestra sangre y no nuestra alimentación, y que el cuerpo permanece en un estado ligeramente alcalino todo el tiempo, independientemente de lo que comamos.

Lo que tienes que saber sobre la dieta alcalina - entre nos

La nutricionista y dietista Esther Turgman

Cohen, de Nutrición Panamá, advierte de que hay que tener cuidado al seguir esta dieta porque “cambiar el pH, ya sea solo en lo más mínimo, podría resultar letal”. Y asegura que la alimentación normal ni acidifica la sangre ni la alcaliniza, como afirman los seguidores de la dieta. Incluso, hay evidencia de que acelera la osteoporosis.

Sea como sea, todos los expertos coinciden en que una dieta variada e integral que incluya muchas frutas y verduras, menos azúcar y un consumo equilibrado de proteínas, también puede ayudar a prevenir enfermedades, incluso a prevenir el envejecimiento y a ayudar a las personas con cáncer a mejorar su “ambiente corporal”, lo que hace que se sientan más fuertes para pelear contra los síntomas y malestares de la enfermedad.

Una dieta para cada letra del abecedario

Aunque se insista en hablar de una “dieta alcalina”, lo cierto es que no hay un consenso o protocolo estricto para una dieta de este tipo, y en las facultades de nutrición de las universidades (por lo menos a nivel nacional) “no se enseña nada sobre una dieta alcalina”. De lo que sí se habla es de alimentos alcalinos y ácidos, de beneficios o perjuicios, de excesos y de equilibrio.

El régimen alcalino se ha hecho popular, pero tanto Turgman como Mencomo y otros expertos en el tema aseguran que estos beneficios no son producto de una dieta estrictamente alcalina. “Esto se puede lograr con muchos tipos de dietas”, insiste Turgman. “Comer vegetales siempre es y será bueno, pero el ejercicio pone ligeramente ácido el pH de la sangre y no por eso las celebridades dejan de hacer ejercicio”.

Por otro lado, uno se ve más bonito si está bien hidratado y, definitivamente, la piel adquiere un brillo especial cuando la persona tiene una dieta más rica en antioxidantes, muchos de ellos dentro del grupo de alimentos alcalinos.

Las guías de nutrición propuestas por el Minsa, por la APND y muchas otras decenas de dietas que han estado de moda desde los años 70, no distan demasiado de la filosofía de la dieta alcalina. Lo que va cambiando es el nombre, los canales de mercadeo, las celebridades que las siguen y las teorías o conceptos que las rodean.

De todos modos, Turgman sí reconoce las bondades de estas modas nutricionales: “Cualquier cosa que llame la atención de la gente en temas de alimentación y nutrición nos hace más conscientes a la hora de comer. Esta dieta recomienda el consumo de vegetales y desaconseja el consumo excesivo de proteína animal. Lo que no me gusta es el montón de fanáticos que no saben la parte fisiológica del tema y andan vendiendo por ahí agua alcalina como si eso fuera mínimamente recomendado”.

Si se quiere seguir esta o cualquier otra dieta, lo importante a tener en cuenta es asesorarse con un especialista. Y reconocer que si la anciana de Elle McPherson se ve como una adolescente, es porque ese es su trabajo, le pagan para eso, seguramente tiene un chef que le cocina todos los días y un entrenador personal con el que puede ejercitarse ocho horas diarias. Y un ADN afortunado, claro.

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La dieta top de moda

La están siguiendo millones de personas en todo el mundo. Su nombre: “dieta normal”, aunque en algunos países le dicen “dieta equilibrada” o “dieta común y silvestre”, y en varias culturas se han encontrado menciones como “la comida de mi abuelita”. Este ingenioso y novedoso plan de alimentación, basado en miles de estudios científicos y no científicos, es avalado por todos los nutricionistas y mamás del planeta y consiste en comer de todo: “balanceadamente, lo más natural posible y adecuado a su edad, que incluya carbohidratos, proteínas y grasas. La clave es el equilibrio”, concluye la licenciada Mencomo.