Además del lenguaje corporal que caninos y felinos poseen para comprenderse con los suyos, las feromonas juegan un papel relevante en sus vidas.
Las feromonas son sustancias químicas que se secretan a través de distintas glándulas, y a diferencia de las hormonas, los animales las pueden oler incluso a grandes distancias, dando un claro mensaje acerca de quiénes son o con qué intenciones vienen.
El papel de estos químicos es diverso, desde efecto tranquilizante en el caso de la madres con sus cachorros, marcación de territorio, señales para anunciar la llegada del tiempo de reproducción, e incluso para lanzar una alerta roja en caso de peligro o amenazas. Las feromonas son percibidas por el olfato de los animales y tienen distintas maneras de clasificarlas.
Los perros pueden hacerlo con los receptores olfativos de su nariz o utilizar otro sistema utilizando el movimiento de su lengua para direccionar los olores hacia la boca, con la posibilidad de tener una prueba más certera acerca de la feromona y su tipo. Para esto, utilizan un órgano llamado vomeronasal, situado en la parte anterior del tabique nasal y conectado con la cavidad bucal. Los gatos también lo poseen, por eso abren sus bocas posicionando en alto la cabeza para lograr llevar el aire cargado de olores hacia esta área específica y altamente eficaz.
Un dato interesante. El órgano vomeronasal o de Jacobson es un permanente motivo de estudio en la especie humana, ya que nuestro proceso evolutivo ha atrofiado su funcionalidad. Sin embargo, hay diversas teorías sobre la incidencia o no de las feromonas en las personas. De hecho, existen perfumes que se comercializan, publicitando como componente principal estos químicos para atraer al sexo opuesto.

FORMAS DE COMUNICACIÓN
Las feromonas forman parte del sistema instintivo y de supervivencia de los animales, y tienen distintas maneras de secretarlas.En los gatos es frecuente observar el roce de su cara en objetos e incluso en las personas. En sus pómulos hay gran concentración de estos químicos, y de esta forma dejan su sello de propiedad ante cualquier intruso que quiera quedarse con lo suyo.Los perros marcan su territorio no solo con la feromona de la orina, sino también con sus heces y rascando el piso a través de sus almohadillas plantares.
Otra escena habitual en los caninos machos es olfatear la orina en las calles con pequeños temblores en su mandíbula. De esta forma pueden determinar sobre todo el estado reproductivo de las hembras utilizando el sistema antes descrito.Es evidente que el mundo de las feromonas es crucial para perros y gatos, como también para muchas otras especies, incluso hormigas y abejas.
Con base en la incidencia de estas sustancias en caninos y felinos, existen productos especialmente creados para tratar problemas conductuales. Los hay en diferentes formatos, desde collares hasta difusores.Si bien no se le debe asignar a estos elementos una responsabilidad mágica, en caso de utilizarlos en rehabilitación por ansiedad, agresión o marcaje pueden ser un complemento como parte de una terapia integral.
DEJARLOS SER ANIMALES
No se moleste cuando su perro entable un diálogo olfativo con uno de sus congéneres oliéndole las glándulas perianales o realizando otros actos que para nuestros códigos humanos pueden resultar inapropiados. Intentar silenciar estas conductas absolutamente naturales es ir contra la esencia misma de las especies, que aunque estén domesticadas y adaptadas a nuestro entorno, debemos respetar. Ellos tienen su propio mundo, y dejarlos ser animales es una manera más de demostrarles cuánto los queremos.


