Estrellas de la moda como Kate Moss, Cindy Crawford o Mark Vanderloo son protagonistas junto a sus hijos de diferentes campañas publicitarias con las que vinculan lazos familiares y una imagen de marca, lo que resulta atractivo, diferente y rentable para las firmas. Al fin y al cabo, todo queda en casa.
“Recurrir a personajes públicos como embajadores de marca siempre aporta valor aspiracional, notoriedad y compromiso”, explica a EFE Ana Fernández, profesora de Relaciones Públicas del Grado de Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad española Villanueva.
La actriz Brooke Shields posó hace un par de años con su hija menor Grier Henchy para una campaña del Día de la Madre de la firma de lencería Victoria’s Secret. Arropadas por Intimissimi, la marca de ropa interior alió a la modelo y presentadora Heidi Klum y su hija Leni hace un año.
La modelo Cindy Crawford y su hija Kaia Gerber han protagonizado ‘Zara Streaming’, una pasarela en vivo que permitía comprar en directo.
Los últimos en sumarse a la moda en familia han sido los pilotos españoles Carlos Sainz, padre e hijo, figuras reconocidas del automovilismo: el primero, campeón del Mundo de ralis (1990-1992), y ganador del Dakar en varias ocasiones; el segundo, piloto de Fórmula Uno.

Ambos son imagen de Hackett London, una firma británica de prendas informales que aseguran que se “adapta a todas las generaciones”.
“Este tipo de campañas suelen lograr mayor recuerdo en el consumidor porque se trata de personajes públicos y porque no es tan habitual que las parejas de padres-hijos famosos posen juntos”, señala Fernández, que incide en que la novedad y el impacto mediático que significan “favorecen su recuerdo y, por tanto, su posicionamiento en la mente del consumidor”.
Hace unos meses, la modelo británica Kate Moss y su hija Lila Grace Moss posaron para el fotógrafo Craig McDean, quien inmortalizó a ambas para una campaña de Fendi. Madre e hija han desfilado también en una de las colecciones de la firma italiana de alta costura.