El Festival Nacional de Cine Pobre Panalandia celebra su duodécima edición del 29 de octubre al 1 de noviembre de 2025, en el Centro de Arte y Cultura de Colón (CACCO), bajo un lema que es también un llamado: “Frentea”.
En un país donde contar historias puede ser un acto de valentía, Panalandia insiste en que el cine es una herramienta para mirar y responder sin miedo.
El origen de un cine sin permiso
Nacido en 2014 del colectivo Mente Pública, Panalandia surgió como una extensión natural de los talleres de cine comunitario que este grupo realizaba en barrios y provincias del país. La idea era usar el cine como espejo, como espacio de encuentro, y como medio para que las personas contaran sus propias historias, sin importar si lo hacían con una cámara profesional o un celular.
De ese espíritu nació lo que hoy se conoce como el Festival de Cine Pobre de Panamá: un espacio donde el presupuesto no determina la calidad y donde la mirada, la urgencia y la sensibilidad son la verdadera riqueza.
A lo largo de más de una década, Panalandia se ha consolidado como una de las plataformas más auténticas y necesarias del panorama cultural panameño: un festival que se construye desde la colectividad, con voluntarios, estudiantes, artistas y vecinos que se suman para hacerlo posible.
Frentea: con la rabia y la ternura
El manifiesto del festival en 2025 lo dice sin adornos: vivimos tiempos donde protestar puede costar caro. Frentear significa crear desde la urgencia, con arte como respuesta ante el silencio. “Frentea por la vida de quienes luchan por sus derechos, por la naturaleza, por las comunidades, por la solidaridad ante el dolor y las luchas”, dice el texto.
La edición 2025 convoca al público a encontrarse con ese espíritu: el de un arte que no evade la realidad, sino que la enfrenta con belleza, memoria y afecto.
Volver a Colón
Tras la edición en la capital en 2024, Panalandia regresa a Colón. Durante cuatro días, el CACCO será escenario de proyecciones, talleres y conversaciones donde el cine se entiende como acto político y emocional. El festival se define como un refugio que no huye: un espacio para organizarse, conmoverse y encender, juntos, el fuego del arte.
Panalandia mantiene su esencia: un festival gratuito, abierto e inclusivo, sin alfombra roja pero con una bienvenida del carajo. Aquí lo importante no es la técnica, sino la mirada. En tiempos de distracciones y pantallas vacías, Panalandia sigue apostando por un cine que reflexiona, incomoda y abraza.
Las voces del país
La Selección Panamá 2025 presenta docena de producciones que recorren distintos géneros y territorios: desde historias sobre el agua y la identidad, hasta relatos sobre desigualdad, amor, memoria y resistencia.
Entre los títulos que se proyectarán están:¡Agua! (Carlos E. Gómez), Bajo grande (Hernán García), Causa (In)justa (Clarissa Rebouças, Daniel Martínez), Chantín (Muhammad Isaac Tejeira), Chorrera (Javier Roiz), Claroscuro (Abigail Meléndez), Como cantan las aves (Sara Martínez), Corona de Cristo (Tamara Regina Ortiz Ruiz), Don Papito (Laureano Morán), Dopamina (Gabriela Fainett), El club del sida (Milko Delgado), El hombre de mis sueños (Nitson D. Carmona), El oficio no se rinde (Emir Lebedev), El sol sale para todos (Toni Nebur Castro Sanoja), En defensa propia (Analisa Moreno), Escape (Gabriela Lucía Castillo Córdoba), Estafados (Ricardo Hendricks), Estancado (Germán Correa), Histeria colectiva (Joab Huc) e Invaded (Vladimir Batista).
Junto a esta muestra nacional, el público podrá disfrutar también de una selección centroamericana, que reunirá cortos y documentales de países vecinos, ampliando el diálogo regional y celebrando la diversidad del cine hecho desde la resistencia.

Panalandia 2025 invita a realizadores, colectivos, escuelas y comunidades de Panamá y Centroamérica a compartir películas que “incomoden, sanen, denuncien o abracen”.


