Omaris Mariñas se inventó su primer trabajo como bailarina. No fue una estrategia o una inspiración. Era lo que tocaba hacer.

Corría el año 2009 y, recién salida de una escuela de danza en Costa Rica, entendió junto a otros compañeros que las posibilidades de ser contratados por una compañía de danza contemporánea eran muy pocas.

De haber estado en una gran capital norteamericana o europea las cosas serían distintas porque allí si existen compañías de danza contemporánea. Decidieron entonces fundar su propia agrupación, Nada Más la Danza. Montaron una obra, la postularon al fondo Iberescena en Costa Rica y ganaron. En ese momento Panamá no formaba parte de los países que conforman el fondo.

Con ese impulso comenzaron a presentarse en México, Guatemala, Nicaragua, El Salvador. “Buscábamos un espacio de expresión —dice Omaris—, pero también algo de estabilidad económica. El fondo nos dio ambas cosas: nos permitió crear y movernos”.

Desde entonces no ha dejado de postular. Y no ha dejado de moverse.

Hoy, más de una década después, dirige la Compañía Wa·táa, con sede en Panamá, y trabaja desde una visión nómada y colaborativa: idea proyectos, arma equipos, busca fondos, produce. Así ha sido desde el inicio. “No hay elenco fijo. Cada obra se construye desde cero. Es un proceso artesanal”, explica.

Su más reciente creación es La Historia de un Punto y una Línea, una pieza inspirada en el universo del pintor ruso Wassily Kandinsky, precursor del arte abstracto y sinestésico quien veía música en los colores y movimiento en las formas, y al que ella conoció por su profesora Nereyda Rey en la escuela Escuela de Danza de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá.

La obra, dirigida a públicos de todas las edades —especialmente a niños y niñas—, se presentará en agosto en el Teatro Anita Villalaz.

“Quería explorar un lenguaje escénico accesible para públicos jóvenes, pero sin caer en lo infantil. Kandinsky tiene eso: es un juego visual, un viaje sensorial. Las formas se transforman, las figuras mutan. Hay algo muy lúdico allí, muy danzante”.

“Comenzamos con una residencia creativa con un fondo también francés, del Ministerio de Cultura Francés, que nos permitió desarrollar la primera fase del proyecto a nivel de investigación de movimiento. y pudo completarse gracias a una coproducción con Iberescena”, cuenta la artista.

La creación de Historia de un Punto y una Línea es fruto de un equipo artístico internacional que acompaña a Omaris Mariñas, quien asume la dirección artística e interpreta junto a la coreógrafa Daisy Servigna (CR/VE). La música original y la puesta en escena están a cargo de Frédéric Filiatre (PMA/FR), también responsable de la realización audiovisual y fotografía. Filiatre es esposo de Omaris.

La dirección técnica e iluminación está en manos de Alexander Morales y John León (CO). En la gestión y producción participan Red de Arte Libre y Compañía Wa·táa, junto a productoras como Miriam Pons (Ciudad de Panamá), Aixa Góndola desde el Festival ANCLA en Colón, y Daisy Servigna en Costa Rica.

El fondo IBERESCENA busca nuevos proyectos

El Fondo de Ayudas para las Artes Escénicas Iberoamericanas IBERESCENA cada año abre una convocatoria para impulsar proyectos de teatro, danza y otras expresiones escénicas en países de la región. La edición 2025-2026 ya está abierta y cierra el 24 de julio, cuenta Renán Fernández, del Ministerio de Cultura, Mi Cultura.

El Fondo existe desde 2006 para promover la creación, el intercambio y la profesionalización en el ámbito de las artes escénicas de la región. Panamá se sumó como país miembro en 2013, lo que ha permitido a artistas panameños participar en esta red de colaboración internacional.

Hay tres líneas principales de apoyo: Creación en Residencia, Coproducción de Espectáculos y Programación de Festivales o Espacios Escénicos. Los montos de ayuda van desde 10,000 hasta 20,000 euros, y están pensados para fortalecer la colaboración entre artistas de distintos países. Panamá participa del programa a través del Ministerio de Cultura.

En convocatorias recientes de IBERESCENA, varios proyectos panameños han sido seleccionados. En la línea de Coproducción de Espectáculos se han beneficiado la Fundación Espacio Creativo y Gramo Danse. Mientras que en la categoría de Programación de Festivales y Espacios Escénicos recibieron apoyo la Fundación Prisma Danza, PRO Artes Escénicas y Audiovisuales (FAE) y la gestora cultural Katherine Bucktron Sánchez de Olle.

Gracias a estos fondos, iniciativas como 10 años de vuelo, Umbral, Festival Prisma – 13.ª edición, 13.º Festival Internacional de Artes Escénicas y el Encuentro para Niños y Jóvenes: Fantasía Teatral se llevaron a cabo o están en proceso de ello.

Las personas interesadas deben registrarse en la plataforma digital disponible en www.iberescena.org y completar el formulario correspondiente a la línea de ayuda seleccionada, tal como se indica en el comunicado de prensa de Mi Cultura.

Pero más allá del dinero, lo que ofrece IBERESCENA —lo que Omaris rescata— es una posibilidad concreta de hacer. “No hay que tener miedo —dice—. Hay que leer las bases, consultar si hay dudas, grabar, escribir, practicar. Hay que sudar”.

Porque al final, como ella misma dice, el arte también se construye con terquedad. Y bailar, sigue siendo un acto de resistencia.

Danza que insiste: Omaris Mariñas y el impulso del fondo Iberescena a las artes escénicas en Panamá

Antes que presiones play STOP 2009_Alejandro Anzueto. iberescena 2010