Obra maestra, mejor libro que he leído en lo que va del año. Poemas hechos cuentos, hechos novela. Irene Solà es una grandmaster de la escritura. La única palabra que puedo usar es “hermoso”.

Canto yo y la montaña baila es un libro sobre la vida, personas comunes y corrientes, desde niños hasta adultos. La historia en sí es sencilla, pero la magia está en cómo se cuenta.

El libro tiene la estructura más creativa que he leído posiblemente jamás: 18 capítulos, todos contados desde el punto de vista de personajes diferentes, pero todos avanzando la historia juntos. A veces esos personajes no son personas, sino animales o hasta hongos, y a veces no son ni seres vivos, como nubes, pero todos tienen algo que decir sobre la narrativa central, que es una sola. Todos los personajes son profundos, todos cambian y crecen, y entendemos sus múltiples facetas a través de los ojos de otros personajes y de los suyos propios. Al final esta novela nos viene a decir que es cierto que no somos una persona, sino varias dependiendo de quien nos mire.

Otra cosa a resaltar es el entorno. Las montañas de Cataluña están vivas en esta novela, a través de su naturaleza, de sus vistas, de su gente, de sus leyendas y de su cultura. El entorno es un personaje más en la novela, aportando constantemente a la trama. La novela es una oda a la tierra de la autora y a través de sus palabras nos transmite todo su amor.

Y qué decir de la historia. Es una historia de amor de todo tipo. De amor familiar, de amor a los amigos, de amor a la comunidad. Ningún personaje es perfecto, así como nadie es perfecto, y de igual forma encuentran la manera de amarse y de apoyarse.

Canto yo y la montaña baila es un libro simplemente hermoso que desearía que todos leyeran.