Desde los 14 años de edad,  Yasmin Fudakowska-Gow practica yoga. Ya tiene 16 años de impartirlo, y hace nueve meses dio a luz a su primer bebé.

Tiene dos estudios y ha publicado cinco videos de yoga que están disponibles en iTunes. “He enseñado yoga internacionalmente e incluso rompí el récord Guinness para el maratón más largo de yoga, que duró 32 horas”, indica. Yasmin nació en Montreal, Canadá, y su esposo es panameño, por lo que pasa tiempo en los dos países.

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Equilibrio

La profesora de yoga manifiesta, basada en su experiencia, que “cada mujer es diferente y cada una siente los beneficios de manera distinta”. Sin embargo, la práctica de yoga suave durante el embarazo les ayuda a prepararse física, mental e incluso espiritualmente para el parto y lo que vendrá una vez que nazca el bebé.

“El yoga ayuda a desarrollar la intuición y la capacidad de saber lo que es mejor para la mamá y su bebé. Creo que es muy importante que las mujeres aprendan a confiar en su intuición, especialmente cuando nos convertimos en madres”. Fudakowska señala que en su caso, lo mejor de practicarlo durante su embarazo fue que aprendió a escuchar su cuerpo.

“Normalmente se les dice a las mujeres que deben hacer una pausa en su práctica durante los primeros tres meses, que son los  más riesgosos, y comenzar de nuevo a las 12 semanas, pero yo hice todo lo contrario… durante mi primer trimestre hice casi lo normal, aunque estaba más cansada”.

A pesar de que Yasmin esperaba practicar yoga durante su embarazo, después de 15 semanas no tenía ningún interés o deseo de practicarlo. “Fue lo más extraño que me pasó, después de haber estado haciéndolo a diario casi todos los días durante los últimos 20 años”.

En cuanto su vientre creció y su cuerpo empezó a cambiar, ya no se sentía bien haciendo yoga, por lo que en su lugar, empezó a ir al gimnasio a realizar entrenamiento con pesas y natación. “Esto se sentía bien. Creo que necesitaba ser más fuerte. Ahora, balanceo el yoga con el entrenamiento funcional del peso, que trabaja muy bien para mí. ¡Mi cuerpo nunca ha estado mejor!”, indica.

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¿En qué momento practicarlo?

Por ejemplo, si la madre nunca ha hecho yoga, se recomienda tomar una clase diseñada específicamente para el embarazo, ya que durante el primer trimestre las embarazadas deben evitar hacer torsión de las posturas, las inversiones, y las posturas son intensas.

Durante el segundo trimestre la mayoría puede practicar lo que quiera, excepto el hot yoga. En el último trimestre, las mujeres se mueven más lentamente por el peso del bebé. “Tradicionalmente, a las  que dan a luz por parto natural se les aconseja esperar tres meses antes de comenzar con el yoga de nuevo, y si tiene un parto por cesárea deben esperar seis”.

La experta recomienda que lo más importante es buscar la guía de un instructor experimentado y comenzar  de manera lenta y suave.