Hoy escuchaba un programa de televisión que decía: “no podemos cambiar las situaciones que ocurren, pero hay otras que sí podemos cambiar, es decir, el pasado, ya no lo podemos modificar, pero el presente y futuro sí”.

Cuando te toque liderar equipos de trabajo, trata de vivir tu propia experiencia con el capital humano que tienes que supervisar para poner en práctica la justicia y la equidad. Es muy lamentable lo común de la gente que es escuchar y creer todo lo que se dice, sin darle a la persona la oportunidad de ser lo que son y demostrar que no es así.

Un buen líder impulsará lo mejor de cada uno de acuerdo a sus cualidades y fortalezas. La función de un líder es hacer gente. Que suene romántico sí es cierto, que no vende mucho esas premisas también lo es, pero de que ayudará a crear climas favorables de trabajo es mucho más posible, ¡cierto y conveniente!

Siempre voy a apostar al buen clima laboral, porque dicho esto, es salud mental. Representa productividad, avance, efectividad y buena voluntad.

El deseo de ayudar a las personas viene con los años, con la ilusión de querer dejar un mundo mejor al que vivimos, para contribuir y dejar semillas que produzcan buenas acciones.

Es cierto que hay tantos mandamientos de cómo ser un buen líder, características y demás, pero en lenguaje sencillo y natural, un buen líder o jefe debe ser aquel que escucha, que propicia la convivencia, que es justo en la medida de lo posible, que busca la equidad en todos los aspectos, que imparte justicia inclusive al momento de aplicar algún tipo de llamado de atención, porque más allá de ello, lo que debe ser su norte es buscar cambios positivos y genuinos que impliquen la moral y la ética ante todo.

No es fácil encontrar líderes con esas cualidades, debemos trabajar desde adentro. Una vez escuché decir que no hay nadie totalmente malo ni totalmente bueno, todos tenemos la facultad de poder hacer un cambio en nosotros para que redunde en armonía para nuestra vida y el entorno que nos rodea.

Creo mucho en querer hacer siempre bien las cosas y no mirar hacia afuera sino hacia adentro, como me enseñó mi padre (q.e.p.d.) que me decía siempre: “no mires lo que otros tienen o hacen, fíjate si puedes hacer algo por ti” palabras que han quedado clavadas en mi como parte de un día a día que cuesta como profesional independiente, pero que la fuerza interior de querer hacer las cosas te dará la respuesta y la sabiduría necesaria para seguir luchando y alcanzar los sueños que te propongas.

Y que me dices del concepto de organización: esta palabra tan larga implica mucho. Un buen jefe debe tenerla dentro de su agenda para que no escape ninguna situación que él no pueda dejar de involucrarse como persona activa, y de dar respuestas tantas veces sea posible para que se note su presencia como todo un líder.

En cada artículo que escribo quiero dejar sembrado una inquietud para pensar y es que no podemos dejar que las cosas pasen sin establecer un criterio de juicio bien pensado. La rectitud en nuestros actos nos definirán como seres humanos y buenos profesionales.


* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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