El término adviento viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.
Quiero vivir el tiempo de preparación para recibir al Niño Jesús de forma intensa. El reto es cómo lograrlo en medio de la bulla exterior ya que hay que vivir en el mundo, no podemos aislarnos.
El hombre es sociable por naturaleza. Así que el reto es lograr un balance y darle prioridad a las cosas que son realmente importantes, sin por eso dejar de compartir con amigos y familia.
Es una tradición decorar mi casa de Navidad. Casi cada rincón. Pero ya no es el centro de la celebración sino un complemento. Lo importante es la preparación para recibir al Niño Jesús. La Corona de Adviento y el Nacimiento ocuparán otra vez el lugar de honor.
Me he dado cuenta de que, si yo tomo la batuta de las actividades en el hogar, el resto las sigue gustoso.
De modo que este periodo de espera lo viviré con mucha intensidad y el próximo domingo 30 de noviembre prenderemos en familia la primera vela de la corona de Adviento.
Veamos lo que viviremos estas cuatro semanas:
Primer domingo
Se prende la primera vela de la Corona, como signo de vigilancia y deseos de conversión. Se bendicen en la misa dominical las coronas de Adviento. Esa primera semana, las lecturas nos orientarán hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo.
Segundo domingo
Se enciende la segunda vela junto con la de la semana anterior, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo. La liturgia también nos invita a estar en vela, a mantener una actitud de permanente conversión.
Tercer domingo
Se enciende la tercera vela como signo de espera gozosa, e igualmente las dos velas anteriores. La liturgia de esa semana nos invita a recordar la figura de María, por ello, María es figura central de las lecturas, y su espera es modelo de estímulo para nuestra espera.
Cuarto Domingo
Encendemos la cuarta vela que significa paz, al igual que las otras tres. Las lecturas dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a «aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo»
Es así que lo más importante es cómo adornamos nuestra alma para recibir al Niño Dios en nuestros corazones.
Así que te pregunto,
¿Has pensado cómo vivirás el período de preparación para recibir al Niño Jesús en tu hogar?
* La autora es comunicadora y escritora panameña.
* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

