Aquí estoy pensando cómo hacerme el mejor selfie del mundo. ¿Será que me echo en una hamaca? o ¿me pongo de cabeza? No. Aburrido.

Me están mirando raro. ¿No saben qué es un selfie? ¿Cómo no van a saber?, si es la palabra inglesa del año, según los señores del diccionario Oxford.

Oigan, es lo que se hizo Obama con la primera ministra danesa Helle Thorning-Schmidt durante el funeral de Nelson Mandela, cosa que –dicen– no le pareció apropiado a la señora Obama, y por eso –dicen– casi lo manda a pasar la noche con ‘Sunny’ y ‘Bo’, los ‘Rufus’ de la pareja presidencial de Estados Unidos.

Selfie es una autofoto, explican unos. Autorretrato le llaman otros. Me gusta más el segundo. En pocas palabras, es la fotito que acompaña los perfiles en Facebook, Instagram, Twitter, Pinterets y todo ese combo. En Twitter si no tienes selfie te quedas como un huevito.

Hace unos meses en un seminario de mercadeo me comentaron que esa manía de tomarse fotos era lo más pegado en las redes sociales.

Hay autorretratos de gente con sus hijos, con los sobrinos, con los nietos, con los gatos. Gente haciéndose la barba, mirándose al espejo antes de salir de casa, mirándose al espejo recién levantada de la cama. Por supuesto, en Panamá hay selfies comiendo pescao en El Chorrillo, en el Metro Bus y en un tranque en el Corredor Sur.

Cientos de artículos explican cómo tomarse uno. La recomendación primera es saber cuál es su mejor ángulo. Hay quienes lo tienen muy claro, demasiado diría yo. Tanto así que siempre salen igualitos. Parecen una fotocopia.

Una fotógrafa me contó que en un concierto les exigieron que se colocaran creo que era del lado izquierdo del cantante. Ahí quietecitos. Solo de ese lado podían tomarle fotos. Durante el espectáculo llegó un momento de la coreografía en que era evidente que el cantante iba a tener que darse la vuelta y mostrar el otro lado. Pero no. Caminó en reversa. ¡Qué vanidad!

Por eso de la vanidad, la Universidad Lake Superior State publicó su listado de palabras más molestas en 2013, y adivinen cuál quedó de primerita. Sí, selfie. Solo le hizo competencia twerking, eso que hace Miley Cirus, el perreo. No me pidan que lo explique.

El asunto es que, según los de la universidad, eso del selfie es puro ego. Me imagino que eso va para los que se hacen uno cada 10 minutos, y cada 10 minutos cambian la foto de su perfil. Los hay.

Otra fotógrafa me contó que fue con un periodista a ver ballenas en Coiba. En una de esas, el periodista la llama a grito pelado. Ella corrió con su cámara (temía que se le escapara Moby Dick). Pero lo que encontró fue al periodista de espaldas al mar, posando: “tómame una foto aquí”. Así se pasó todo el viaje.

Mejor renuncio a tomarme el mejor selfie del mundo. Acabo de leer que el astronauta Mike Hopkins se tomó en el espacio una foto con la Tierra como fondo. Nombe, no. No llevo chance.