Estoy organizando una competencia; no, mejor dicho una cata de tamales ¿Se apuntan? Bueno, manden sus tamales y después les digo cómo quedó la cosa.

Lo hago por el bien común. Obvio. Podemos estar de acuerdo en que la vida es muy corta para andar comiendo tamales malos.

Decidir no es fácil. Nadie dice que su tamal es mediocre, al contrario. Argumentan que su producto es insuperable, el único que merece llevar el nombre de tamal –esto es con usted, mamá–. Bueno, vamos a resolverlo de una buena vez.

Aclaro que mi cata será una actividad sin fines de lucro a beneficio de… mí misma. No haré cena por una semana.

Como toda cata que se respeta, no sabré de quién será el tamal. Tendré los nombres en sobre cerrado. Sí, sí, ya sé lo que están pensando.

Desde que tengo uso de razón he escuchado a personas decir con la nariz levantada: “yo no le como tamal a cualquiera. Solamente a mi tía Dorinda allá en Nancito que los hace en fogón, con gallina de patio y con hojas de bijao que cosecha ella”. ¡Cuento! Todos hemos comido algún tamal que no sabíamos de dónde venía y por eso nos hemos llevado grandes fiascos. Pero con mi cata eso se acabó.

No intenten sobornarme. Seré estricta –eso es con usted, mamá–. Bueno, tengo que hacer un paréntesis. El domingo es el Día de la Madre, y a punta de perseverancia y de preguntar a todas las amigas del mercado público, mi mamá aprendió a hacer unos tamales muy, pero muy buenos. A ella, que no nació en Panamá, le tomó seis navidades de tamales secos, duros y simples, llegar a un tamal delicioso.

Ya anda a la caza de ají criollo, carísimo para esta época, y de hojas de bijao. No imaginan los corajes que hace cada vez que descubre que le han vendido hojas que se rompen.

Sigo aquí con mi torneo. Ya tengo los criterios. Otorgaré un máximo de 20 puntos. — 1 punto menos para el tamal que no tenga aceitunas. Es que me gusta la aceituna.— 2 puntos menos para el tamal que apenas tenga un hilacho de presa, pescuezo de pollo o molleja. Seamos serios.— 3 puntos menos si no tiene guiso. Eso es lo que le da el sabor, por favor.— 4 puntos menos para el tamal que tenga la masa seca, dura o arenosa. La masa hace al tamal.— 5 puntos menos si la masa sabe a maicena. ¡Qué es eso!— 5 puntos menos si trae arroz, papa, huevo o zanahoria. Solo tamales nacionales. No aceptaré gato por liebre.— 10 puntos menos para el tamal que no tenga pasitas… es más, corrijo, tamales sin pasitas ni me los traigan. ¡Descalificados!

El precio no importa; ¿saben el trabajo que da hacer un buen tamal? El que sabe no regatea.