1. La actividad era un domingo por la mañana. Era una carrera-caminata. Tú no caminas largas distancias, ni corres y tampoco te gusta madrugar.

2. Tenías un evento a la misma hora. Sí, así somos: capaces de aceptar ir a dos actividades a la misma hora rogando que podamos clonarnos. Aunque una es en Costa del Este y la otra en el Biomuseo. Nos auto convencemos de que podemos lograrlo con la excusa de: ‘me voy antes del evento ‘A’ y llego un poquito tarde al evento ‘B’. Así quedaras bien con ambos. Como no.

3. Debías peinarte, maquillarte, entaconarte... No a todo el mundo le gusta y/o no siempre hay ánimo, plata y tiempo para hacerlo.

4. El evento es a las 5:00 p.m. pero es tan distante y hay tanto tranque que debes salir dos horas antes para llegar. Nada más que agregar, señor juez.

5. No hay estacionamiento. Sí, es una excusa muy patética, pero es una molestia no tener dónde estacionarte.

6. El valet parking cuesta 10 dólares. O sea...

7. No tenías quien te trajera de regreso. Un evento fantástico y fuera de la ciudad puede ser maravilloso pero la noche se arruina si no tienes carro, no pasan por allí taxis, ni tienes idea de quién te podría dar un bote hasta tu casa.

8. Va a asistir esa persona que no soportas. Hay que olvidar el pasado, perdonar, trabajar en una misma, pero también somos humanas.

9. Es un evento que no entiendes ni te gusta. Una cata de vino y tú eres de cerveza o un partido de béisbol y tu s6olo entiendes de fútbol. Es la final de la batalla de barbacoas y tu eres vegetariana.

10. No querías ir. Punto. Estabas rogando por una tormenta, un frente frío que pasara un ratito por la ciudad pero que no causara pérdidas y víctimas para tener una excusa.

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PD. 11. El evento daba pereza.