Mi primera conferencia de este año trató justo sobre esto, y me parece curioso, porque se presentó justo en el momento en el que me he sentido más desequilibrada.

Tratando de integrar la maternidad a una agenda que ya estaba llena de compromisos, y buscando balancear mi trabajo, mi rol de mamá, de esposa y también de mujer, me di cuenta de algo trascendental: el equilibrio perfecto no existe y eso está bien.

Y es que, para poder llegar a un balance en el que realmente nos sintamos satisfechas, tenemos que tener claro qué es éxito para nosotras.

Durante años, nos enseñaron que el éxito se mide en logros, títulos o metas alcanzadas, pero poco se habla de esa satisfacción profunda que nace cuando nos enfocamos en nuestro proyecto de vida. Sin compararnos y siendo fieles a lo que en realidad nos hace felices.

Lo que es éxito para ti puede ser muy diferente a lo que es éxito para otras mujeres, y entender tu propia definición es lo que te permitirá construir un equilibrio real y flexible uno que abrace tus distintos roles sin que ninguno te robe la esencia.

El equilibrio no es hacerlo todo, sino tener la habilidad de decidir qué es importante en cada momento, y darte permiso para pausar cuando lo necesites.

Aquí te comparto 5 consejos que me ayudan a encontrar ese equilibrio que tanto anhelamos:

1. Escribe tu definición de éxito: Pregúntate qué te hace sentir realizada y qué te llena de energía. El equilibrio comienza cuando alineas tus metas con tus valores.

2. Prioriza: No todo puede ser prioridad a la vez y siempre, las prioridades cambian. Habrá momentos donde tu carrera necesitará más enfoque, y otros donde tu familia o tu descanso serán lo más importante. Aceptar eso sin sentir culpa es importante.

3. Pide ayuda y delega: Delegar no te hace menos capaz, te hace más sabia porque sabes que en equipo se llega más lejos. Construye una red de apoyo poderosa, tanto en casa como en el trabajo. ¡Esto vale oro!

4. Piensa en ti: El autocuidado no es un lujo, es una necesidad. Lo que te hace feliz, tus sueños, tu vida… no la dejes para después, hazla parte de tu rutina.

5. Diviértete con la imperfección: No necesitas hacerlo todo perfecto para estar haciendo las cosas bien. Recuerda aquella frase de que “hecho es mejor que perfecto”. Permítete tener días desordenados, momentos de pausa o incluso de duda. De todo eso se aprende.

El verdadero éxito es ser coherente con lo que tú quieres para tu vida. Para mí éxito también es levantarme emocionada con el día que voy a vivir porque amo lo que hago y hago lo que amo, y cerrar el día con la satisfacción de haber dado lo mejor de mí.

Besos,

Sheldry