Según informes de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP), en Panamá hay más celulares activos que habitantes. Hay 6 millones 977 mil 701 abonados a la telefonía móvil (números de teléfono registrados en un operador) frente a 4 millones 37 mil 43 habitantes. Las suscripciones móviles superan por más de 2.9 millones a las personas del país, de acuerdo con el último informe de la ASEP. El 96% de la población tiene acceso a uno de estos aparatos.
La telefonía celular llegó al país en 1996, y hasta mediados de 2010 el comportamiento de los suscriptores, según la ASEP, registró un crecimiento acelerado. Para el año 2016 se estimó que había 170 teléfonos móviles por cada 100 habitantes.
Los usuarios con un nivel socioeconómico alto o medio alto prefieren un contrato; esto representa el 10%. El resto opta por el servicio prepago, ellos son el 90%.
¿Para qué un celular caro?
Las razones que esgrimen las personas que compran un celular de gama alta pueden variar, pero pocas veces se relacionan con una necesidad.
Casi siempre, independientemente del nivel socioeconómico, las razones para adquirir un celular son las mismas: por capricho, por estatus, por ostentar lujo, por adicción a la última tecnología, por ser seguidor –casi religioso- de la marca fabricante.
Otros justifican la inversión por el soporte de software, que se traduce en actualizaciones del sistema operativo, que se hacen casi que de manera exclusiva para ciertos modelos. Sin embargo, dicho soporte no suele durar más de dos años.
Los fabricantes lanzan al mercado varios dispositivos al año, lo que hace que el smartphone considerado de gama alta, en menos de un año pase a ser gama media. Muchos han comprado uno de estos y cuando están terminando de pagar se anuncia el lanzamiento del nuevo modelo. Esto, aunque un celular de gama media le podría ofrecer prácticamente los mismos servicios.
A mi juicio, el costo de estos artefactos impacta de manera importante la estructura de gastos del panameño. Es un costo alto; demasiado alto.
En una familia casi todos, incluso los niños, cuentan con un celular que limita la satisfacción de necesidades reales de la familia. Por otra parte, ahora existe la enfermedad del celular, que dificulta, si no imposibilita, la atención a la familia, al diálogo padres-hijos y a la escuela. El celular trae consigo gastos adicionales que las personas no contemplan: la funda, el adornito, la lámina protectora de la pantalla, batería portátil, cargadores, etc.
Pregúntese para qué necesita el celular que desea comprar. ¿No arriesga la seguridad de sus hijos al comprarles un celular caro?
Hoy es casi imprescindible tener un celular, pero no es imprescindible gastar cientos de dólares en él.

