Uno de los errores más comunes y costosos dentro del mundo de las finanzas personales es el invertir con dinero que no se tenía destinado para ello. Dejarse llevar por la emoción es muy sencillo sea por que ves una oportunidad real y calculada o la presión social de “que tu dinero trabaje por ti”, pero debemos tener muchísimo cuidado hacer esto sin un fundamento financiero coherente puede poner el riesgo la estabilidad de tu bolsillo, por eso hay que recordar con una “máxima” de las finanzas personales y es: Invierte con dinero que hayas ahorrado para esa solo con esa misión.
1. Prioridades claras
Ese dinero para tus gastos obligatorios de vida o tener un fondo de emergencia debe estar completamente separado del que vas a destinar para inversión, porque ese dinero es la base de la edificación que está construyendo, no puedes empezar por el techo, ¿cierto?
Cuando inviertes tu dinero del día a día, estas aceptando riesgos innecesarios, el mercado fluctúa créeme y tus ganancias pueden retrasarse o incluso te expones a perder una buena parte. De ocurrir esto y pierdes ese dinero que tiene una misión tan importante, estaríamos al inicio de un caos: Pagos atrasados, suben las deudas, sufre tu calificación de APC y si, también quedas corto para necesidades muy básicas.
2. Tu escudo frente al riesgo
Al separar claramente el dinero para invertir, proteges tus finanzas actuales y también tomas decisiones de inversión más pensadas. Cuando no tienes una presión emocional por recuperar ese dinero rápido, dejas que tu inversión madure con el tiempo y puedes pensar mejor en otras oportunidades.
Este ahorro exclusivo para la inversión se le conoce como capital de riesgo, dinero que ya no necesitas para tus gastos inmediatos ni para emergencias. Por lo tanto, puedes asumir con él un nivel razonable de riesgo sin comprometer tu estabilidad.
3. Prepárate para invertir de forma segura
Antes de poner un solo balboa en la bolsa, ten primero:
Deudas de alto interés bajo control o pagadas.
Ingresos estables o al menos previsibles.
Fondo de emergencia equivalente a 3 a 6 meses de tus gastos obligatorios.
Un presupuesto honesto donde reconozcas cuánto puedes ahorrar e invertir sin afectar tus finanzas personales.
Una vez cubierto esto, puedes comenzar a construir tu fondo de inversión poco a poco, con constancia, y destinando una parte de tus ahorros mensualmente a ese objetivo. A este dinero no se toca, es solo para tu proyecto de ser inversionista.
Invertir con un ahorro planeado te permite tomar decisiones más objetivas, asumir riesgos de forma calculada y construir riqueza sin poner en peligro tu bienestar presente.
La inversión es una herramienta poderosa para hacer crecer tu patrimonio, pero con una estrategia calculada y jamás desde la especulación. La inversión no debe ser una apuesta, sino una estrategia dentro de un plan financiero integral.
Recuerda que el futuro financiero se forja con decisiones más racionales y menos emocionales.
El autor es cofundador de Bolsillo y Sencillo*
Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.
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