Inversión, qué palabra tan maravillosa y que cada ves está más de moda. Quienes sabemos de este tema tenemos claro que para invertir hay ciertas reglas de oro que se deben cumplir (sí, porque las inversiones no son apuestas en donde aplicamos el “vamos a ver que ocurre”) por el contrario, son estrategias calculadas que van de la mano con planificación y experiencia.

Dinero exclusivo

El dinero de inversión debe ser un recurso que sea justo para ese propósito, es decir, no es el que necesitas para gastos escolares, ni tampoco es de tu fondo de emergencia. Es dinero que llevas juntando exclusivamente para eso.

Tiempo, factor determinante

Muchos se enfocan solo en el rendimiento que obtendrán por la inversión, pero estamos dejando de lado el riesgo y sus implicaciones para recuperarla en el tiempo. Existe una famosa relación respecto a las inversiones: a mayor riesgo, mayores serán los beneficios; a mayor seguridad, los beneficios serán más modestos. En muchos instrumentos de inversión encontrarás muchos altos y bajos, veras números rojos; es ahí donde entra en juego el tiempo en que la inversión se mantenga para esperar una remontada y disfrutar la recompensa por la paciencia.

Invierte en el inversionista

El inversionista es una persona que debe conocer muy bien en lo que se está metiendo, para tomar decisiones basadas en criterios sólidos y no simplemente probar al azar. Tu primera inversión debe ser en ti mismo, en educación financiera para cuidar la salud de tus finanzas, temas de negocios para entender cómo funciona el comercio y cómo la economía afecta los resultados, sobre estrategia para saber priorizar dónde emplear el recurso de forma más oportuna. Esto aplica, sea que desees invertir en negocios, bienes raíces, fondos de inversión, etc.

Metas

Igual que con el ahorro, las inversiones agarran más sentido cuando tienen una meta para los rendimientos que obtendrás, también así como un norte mejor definido que te revelará con cuánto tiempo cuentas para levantar el capital que deseas, y de paso, sensibilidad a la cantidad de riesgo que estás dispuesto a asumir. El tener una meta definida apoya también al control emocional durante el tiempo que el dinero esté trabajando para ti. Pregúntate: ¿qué proyectos tienes en mente en el mediano plazo que necesitarán financiamiento? ¿Que metas tienes en corto plazo? Piensa en tu retiro, ¿cómo te gustaría que fuese?

Si deseamos alcanzar la libertad financiera, invertir es algo en lo que todos deberíamos estar pensando siempre, eso sí, con conocimiento, responsabilidad y prudencia para no caer en modelos que se venden como inversión y probablemente te comprometan a niveles de riesgo que no son para ti, sobre todo si no estás preparado.