La inteligencia financiera está constituida por una serie de elementos clave que, de manera estratégica, direccionan el uso de nuestros recursos económicos en función de nuestros objetivos y por consiguiente, el logro de nuestras metas a corto, mediano y largo plazo.

Elementos como control de gastos, presupuesto, estrategias de aprovisionamiento y plan de inversiones son claves para que tus finanzas estén en la mejor forma, que sean parte de un plan de vida y no una piedra en el camino.  

Pero como toda estrategia, quien deja de lado el componente riesgo dentro de la fórmula, está poniendo todo su plan en una situación vulnerable. 

Muchas veces cometemos el error de pensar que el plan irá exactamente según lo que hemos diseñado. Sin embargo en un año pueden pasar muchísimas cosas, como un revés económico, obsolescencia de los servicios que brindas (afectando tu flujo de efectivo), la entrada de un nuevo competidor afectando la industria en que tu emprendimiento participa, incidentes en el hogar que requieren de uso de recursos que no estaban pensados para eso, o bien, lo que estamos viviendo a nivel mundial de cara al Covid-19, desestabilizando las finanzas de todos los que no se han preparado.

Si deseamos que nuestros recursos trabajen para nuestros sueños, tenemos que revisar nuestra relación con el dinero, si realmente conocemos nuestros números, puntualmente en que lo estamos empleando y si estamos utilizándolo de acuerdo con un plan inteligentemente pensado con anticipación.

El fondo de emergencia es una cantidad que se separa todos los meses, de tus ingresos, con el único objetivo de mitigar riesgo que podría ponerte en situaciones poco favorables en tus finanzas. Es una especie de muro que te protege cuando de verdad lo necesitas.

Haz una lista de todos los gastos obligatorios que mantengas. Es importante que seamos sinceros con estos gastos y no incluir lujos; solo lo básico para sobrevivir (incluyendo las obligaciones bancarias que hayamos contraído). Una vez hayas levantado este listado, el monto resultante lo multiplicarás de 3 a 6 meses.

Sabemos que es un monto bastante considerable, pero es una línea de defensa que salvaguardará tu paz en días de turbulencia.

Empieza de poco a poco. Muchos hemos levantado el fondo de emergencia separando diez centavos por cada dólar que ingresa. 

Empieza con una meta más pequeña de 500 dólares, luego con otra de 750 y continúa hasta levantar tus primeros mil dólares. Con este monto ya podrías atender un variado numero de escenarios que requerirían una inyección adicional de efectivo en tu flujo regular. Y esta vez estarías preparado para continuar tu plan normalmente. Eso sí, no pierdas de vista la meta de 3 a 6 meses de tus gastos obligatorios. 

Vivimos en días donde debemos tener muchísima visión, y asegurarnos que los ingresos que mantenemos se empleen de forma inteligente y pensada. Optimicemos los gastos, y el dinero que resulte de esta optimización, destinémoslo a blindar nuestras finanzas para que al salir de la crisis, sea un momento de total alegría y no de preocupación por nuestra situación financiera.