Dando vueltas por ahí, buscando información para algún proyecto de repente me encuentro con que la Universidad de California en Berkeley tiene un departamento o centro afiliado o, no sé exactamente qué, que se llama El Greater Good Science Center y quienes trabajan allí dedican sus esfuerzos al estudio de la Ciencia de la Felicidad. Lo pongo con mayúscula porque así está bautizada y hay cursos que uno puede tomar para adquirir algún tipo de experticia en la mencionada ciencia.

Me parece muy apropiado en este siglo en el que todo el que viene entrando al túnel de la productividad trae activo el chip de “lo más importante es ser feliz”.

Eso no tiene nada de malo, yo, personalmente, siempre he pensado que la felicidad es algo que uno se procura consciente y deliberadamente, sin embargo, también soy de la opinión de que requiere un poquito de trabajo, si no mucho, y es allí donde probablemente discrepo de las nuevas generaciones. Ellos son un poco más de “me lo merezco” antes de “me lo tengo que ganar”.

Se podrán imaginar que el día que toqué puerta en ese destino le robé varias horas de sueño a mi noche porque la curiosidad se me alborotó a su máxima expresión. El centro se funda en 2001 por dos exalumnos de Berkeley, Thomas y Ruth Ann Hornaday, quienes encuentran un grupo de profesionales en la universidad con las mismas curiosidades e intereses que ellos. La idea básica detrás del centro es que los individuos obtengan paz y bienestar individual para que sean capaces de formar una sociedad con las mismas características.

En el centro se estudia básicamente “la psicología, la sociología y la neurociencia del bienestar y desarrolla las destrezas necesarias para lograr una sociedad pujante, resiliente y compasiva”, citando su misión.

Además de los cursos y seminarios que ofrecen, publican una revista y organizan distintas actividades. Me llamó la atención que para los cursos tienen varios niveles de precios, dependiendo de las posibilidades económicas de quienes se anoten y la selección del monto a pagar se basa en el sistema de honestidad total.

Padres de familia, educadores, directores de empresas, líderes comunitarios, la lista de personas que han participados en sus actividades es larga y variada al igual que las cualidades que promueven como básicas para obtener bienestar personal, social y felicidad.

Tal y como vemos en su misión, sus esfuerzos están dirigidos a promover una sociedad más empática, compasiva, generosa y tolerante logrando que cada persona desarrolle muchas de estas cualidades.

En ningún sitio vi que la felicidad fuese producto de que el individuo se concentrara solo en sí mismo. En general, sentí que el enfoque era más bien hacia “lo que compartas se te devolverá con creces”.

Hay programas virtuales, presenciales y mucho material interesante. Es en inglés, pero ya ni eso es problema porque uno pega el texto en alguno de esos programas que traducen y listo.

La verdad es que es un sitio interesante para visitar cuando uno tenga un tiempito disponible… o no… porque me dio la impresión de que el tiempo invertido allí puede ser generador de muchos ratos de calidad que a veces por andar como carritos locos por la vida pasamos por alto.