¿Les ha pasado que los días de cuarentena se les van volando? A nosotros nos pasa. Pienso que es porque tenemos ya una rutina de actividades que nos mantiene ocupados.

Concuerdo 100% con que pegarse a las redes sociales y a los noticieros de todo el mundo no es la mejor idea. ¿Cuál es el objetivo de seguir, segundo a segundo, el avance de una crisis que no está en nuestras manos controlar? Bueno, lavándolas seguro podemos contribuir y quedándonos en casa, para no agravar la situación. Dicho esto, aprovecharíamos mejor el tiempo si compartimos una película agradable, ¡no de virus y pandemias por favor!, leemos un buen libro, aprovechamos un webinar sobre un tema interesante, en fin, las opciones son infinitas y están allí.

Con seguridad hay gente muy angustiada sobre el futuro, sobre la economía, sus trabajos, compromisos… pero todo esto genera un estrés que nuestro cuerpo y nuestra mente no necesitan en este momento, todos podemos desarrollar la capacidad de controlar nuestros pensamientos, sacándonos de esa sensación de miedo e incertidumbre hacia un estado mental y espiritual de mayor paz y tranquilidad, que en mi caso se fundamenta en la fe. Entendamos que tanto el miedo como la fe son dos fuerzas muy poderosas, la primera se sustenta en pensamientos negativos y la segunda tiene su base a en pensamientos positivos.

¿Qué es la fe? es la confianza o certeza de que va a ocurrir lo bueno. Mucha gente es esclava de sus pensamientos, en el sentido de que no han aprendido a bloquear pensamientos de negatividad que sin querer brotan uno tras otro atormentándolos. Que si me enfermo, que si pierdo mi trabajo… Y por allí la larga lista que lleva a algunas personas, sin darse cuenta, a un permanente estado de angustia y depresión. Seamos más conscientes de nuestros pensamientos, no permitamos que la marea nos arrastre hacia el fondo, hacia ese lado oscuro, pongamos un alto de manera consiente esos pensamientos.

He aquí algunas ideas que me han funcionado a mí a lo largo de los años: sencillamente di, no lo acepto, como quien dice ‘no me da la gana’, y paso seguido cambia el dial, pon tus pensamientos en sintonía con algo agradable, pon música, canta, baila, mira a tu alrededor y agradece por algo: por tus hijos, por tu salud, por una flor de tu jardín.

Visualiza, es decir, si quieres hacer una película mental que no sea de tragedias, visualiza todo lo positivo que quieres que te ocurra, visualiza cosas concretas, inclusive escríbelas y repásalas antes de dormir, pero sin aferrarte a ellas y dejando siempre la última palabra al director de nuestra película que es Dios para que haga los ajustes que considere necesarios.

He notado estos días a mucha gente escribiendo en redes sociales con cierto resentimiento y hasta odio hacia gente que ni conocen, algunos políticos, otros de la farándula, en fin… pareciera que algunas personas están buscando sobre quien descargar sus frustraciones y su negatividad, si el 80% de tu día lo pasas en redes sociales reventando a todo el que consideras que dijo o hizo algo malo, creo que debes cambiar el enfoque y dirigirlo hacia ti, que estas haciendo tu por mejorar tus capacidades y ser una mejor persona. No estoy diciendo que no debamos cuestionar lo que este mal, pero debemos hacerlo sin que eso nos rebote manteniéndonos en un permanente estado de resentimiento, no permitas que nada te robe la paz porque, aunque no lo creas, tener paz también se traduce en salud. Y no olvides que nuestra mente es un poderoso imán que atrae lo positivo o lo negativo según como pienses, así que ¡mantente positivo!

La autora es experta en mercadeo.