1. Procure que pedir a domicilio sea un acto planificado, no una frecuente solución de última hora. Para eso, lo mejor es planificar sus comidas semanalmente.

2. Piense en opciones que no sean fritas, apanadas o rebosadas.

3. En vez de papas fritas elija acompañamientos que sean a la plancha o cocidos: papas hervidas, yuca sancochada o ensaladas.

4. Pida que los aderezos y salsas vengan aparte, no sobre la comida.

5. Si son sus hijos quienes le presionan para pedir pizza, hable con ellos y establezca que es un plato que pedirá cada 15 días o una vez al mes.

6. Puede solicitar la proteína principal como el pollo o la carne y hacer en casa los acompañantes.

7. Algunos restaurantes le exigen pedir una porción más grande para no cobrar el envío, considere que el precio lo pagará su salud.

8. Si es una porción grande divídala enseguida, y guarde el resto para después.

9. No pida sodas ni otras bebidas. Suman calorías y dinero a la cuenta.

10. No espere hasta estar desfalleciendo de hambre para hacer el pedido. Terminará pidiendo los platos más calóricos y abundantes.