Cuando mi hijo Gabriel, entonces de ocho años, me pidió permiso para abrir un canal de YouTube, le dije categóricamente que no. La solicitud no me sorprendió , pero sí que la hiciera a una edad tan temprana. Para los niños y adolescentes de hoy, los videos no son una forma más de expresión, sino que son la forma de hacerlo. Los stories de Instagram, Snapchat, y más recientemente TikTok son herramientas para interactuar con los demás.

Si alguno de tus hijos te ha pedido autorización para abrir su canal de YouTube, antes de emitir tu veredicto, considera los pro y los contra, y dependiendo de su edad, decide si esta es una idea que puede prosperar.

Es bueno que haya buscado tu aprobación, y con tu orientación, podría hacerlo de una forma más apropiada y segura.

Motivación, antes que nada Toda persona que haya compartido contenido en una red social sabe lo gratificante que se siente recibir ‘likes’. Este hecho está sustentado por la ciencia. “El efecto que las redes sociales tienen en el cerebro se ha comparado con el de las drogas”, explica Mariana Plata, psicóloga clínica de niños y adolescentes. “Un estudio de la Universidad de Harvard encontró que, cada vez que recibimos un ‘like’, un ‘follow’, o un ‘retweet’, se libera en nuestro cerebro dopamina, un químico que produce placer. En un cerebro adulto, sin predisposición a la adicción, estos niveles de dopamina se pueden manejar adecuadamente. Pero, en uno infantil, esta liberación puede afectar áreas del cerebro encargadas del aprendizaje, como la atención, memoria y regulación emocional, entre otras”, detalla la experta, quien advierte que depender en esas plataformas virtuales para lograr esta sensación de placer, y no contar con otras como desarrollar pasatiempos o compartir en familia, puede ser contraproducente para el desarrollo de una autoestima sana en niños y niñas.

Por eso, es importante determinar qué motiva el deseo de tu hijo de ser YouTuber: ¿buscar validación, generar un ingreso o es algo que verdaderamente disfrutaría hacer?

Cuando antes los niños aspiraban a ser cantantes o actores, hoy en día muchos sueñan con destacarse como YouTubers. “Son las nuevas celebridades”, detalla Plata. “Los YouTubers presentan una cualidad interesante: son personas accesibles. Más que los artistas musicales, de televisión o de cine, lo que permite identificarse de manera más fácil con ellos. Al ser personas más “reales”, dan la ilusión de que, si ellos pudieron conseguir el éxito a través de esta plataforma, quienes los siguen también pueden lograrlo”.

Pero no todo lo que brilla es oro, como bien explica Mónica Villalaz, directora ejecutiva de Fundación Vida Segura. “Hay YouTubers muy jóvenes que se han hecho famosos con los millones de suscriptores en sus canales, pero para lograrlo hay mucho trabajo de por medio, incluso de años, y eso es lo que no saben los niños y adolescentes. Un video de cinco minutos ha requerido horas de grabación, necesita edición, incluir efectos especiales, equipo de audio e iluminación, y planificación”, manifiesta. Los YouTubers famosos cuentan con un equipo de trabajo completo.

‘Mami, quiero ser Youtuber’

‘Mami, quiero ser Youtuber’

Impulsar o frenar Los menores de edad pueden abrir una cuenta en YouTube, siempre y cuando tengan más de 13 años. De lo contrario, solo sus padres pueden hacerlo por ellos. Como con todo, hay beneficios y desventajas. Según Mariana Plata, algunas de los factores positivos son que los niños y jóvenes pueden refinar sus habilidades de comunicación y fortalecer su creatividad. Sin embargo, aclara que los riesgos parecen ser mayores, y menciona la dependencia a la validación externa, interacción social real limitada, un uso inadecuado de la tecnología, baja tolerancia a la frustración, y un manejo desproporcionado de expectativas, entre otras. “Pero si el joven cuenta con madurez emocional, y hay un buen manejo parental, los padres pueden apoyar el proyecto siempre monitoreando la evolución emocional del adolescente”.

Para tomar en cuenta Mónica Villalaz considera que los padres tenemos la responsabilidad de educar a nuestros hijos en el uso seguro y positivo de la tecnología. “El uso que cada uno de nosotros le da es lo que lo convierte en algo bueno o algo malo”.

La experta recomienda establecer límites de tiempo en su uso, enseñar a los hijos a configurar la seguridad y privacidad de la cuenta y a no publicar más información de la debida, protegiendo sus datos personales, su identidad y huella digital.

De abrir el canal de YouTube, utilizar un nickname o crearle un nombre. “Hay que alentarlos a crear contenido positivo y que este no comprometa su integridad ni la de su familia”, asegura la directora de Vida Segura. “Por ejemplo, no grabarse con el uniforme de escuela, ni utilizar servicios de geolocalización, mucho menos en tiempo real”.

Uno de los riesgos más comunes de tener un canal público en YouTube es ser víctima de cyberbullying. “Si el canal tiene los comentarios activados, deben ser conscientes de que van a recibir tanto positivos como negativos”, asegura Villalaz, quien recomienda deshabilitar los comentarios en la configuración del canal o moderarlos antes de que sean públicos. Para evitar el robo o suplantación de identidad, sugiere utilizar una contraseña segura y robusta, con un mínimo de ocho caracteres, y que combine letras mayúsculas y minúsculas, números y signos. Igualmente, utilizar el método de autenticación de dos pasos en la cuenta de correo electrónico asociada al canal. “Pero la forma más viable de evitar riesgo en los menores, es tener el canal privado y darlo a conocer solo a familiares y amigos cercanos, compartiendo el enlace o url”, concluye.

‘Mami, quiero ser Youtuber’

‘Mami, quiero ser Youtuber’

Abre la puerta de la conversaciónPreguntas para hacerle a tu hijo y conocer sus motivaciones • ¿Por qué quieres tener un canal de YouTube? • ¿Qué tipos de video quieres crear? • ¿Quiénes son tus YouTubers favoritos? ¿Qué te gusta de ellos? • ¿Hay alguno que no te guste? ¿Por qué?

Un canal exitosoFormas de lograrlo • Seguir las normas de la comunidad, en los términos y condiciones que se explican. • No utilizar música, pistas o audios que puedan infringir los derechos de autor. • Subir contenido original y creativo, que enganche a la audiencia en los primeros siete segundos. • Utilizar palabras positivas y evitar en todo momento las burlas o contenido que vulnere los derechos de otras personas.