Dicen por allí que cuando te casas no te casas solo con tu pareja, sino con toda su familia. Pues, a ese dicho le faltó agregar que también te casas con los hábitos, las decisiones y con las finanzas personales de tu pareja, algo de lo que te darás cuenta con el tiempo.
Para la mayoría, es mucho más sencillo sentarse a hablar sobre sus sueños, sus miedos, sus más íntimos secretos y sentimientos, pero qué temor les causa hablar sobre finanzas personales. Amor y dinero, pensamos que son factores que pertenecen a mundos totalmente diferentes y que uno con el otro no se debe mezclar, hasta que piensas en dar el siguiente paso en tu relación y descubres que solo de amor no se vive.
Finanzas en pareja es una herramienta imprescindible para quienes están pensando en formalizar su relación. Es algo que se debe considerar desde el principio y no esperar a tener problemas para comenzar a tomar las riendas del asunto.
¿Cuándo y cómo comenzar?

Lo tuyo, lo mío y lo nuestro
Cuando empieces a proyectar tu relación de pareja a futuro, es importante que consideres hablar sobre temas financieros, entender cuál es su situación actual, cómo tu pareja administra sus ingresos y, sobre todo, cuál es su filosofía en cuanto al dinero. Debes evaluar si tus metas y valores van acorde con los de él, y considerar su manera de administrar el dinero.
El primer paso no es interrogarlo ni nada parecido; más bien comienza contigo misma. Empieza a ser consciente de tus finanzas y tu personalidad financiera, es decir, de tus actitudes, hábitos y emociones en cuanto a la administración de tu dinero.
Luego podrías comenzar a tocar el tema hablándole a tu pareja de tu situación actual y sobre tus metas financieras. También podrías proponer cumplir una meta juntos, como realizar un viaje, de manera tal que puedan trabajar en conjunto sobre ahorros, control de gastos y todo aquello que implique cumplir dicha meta.
Al abordar el tema de finanzas personales por primera vez, siempre debes ser muy respetuosa, ser transparente, demostrar empatía y no juzgar.
Hablar de cómo está nuestro bolsillo nos da temor porque en el fondo no queremos que nos juzguen, dado que el manejo de nuestro dinero es un reflejo de nuestros hábitos y nuestras decisiones. Igualmente, debes recordar que todos hemos sido educados de diferente manera, lo cual podría verse evidenciado en nuestra situación financiera.
Conociendo las finanzas de tu pareja podrás identificar si su filosofía del dinero encaja con la tuya.
Lo que debes saber antes de casarte
Antes de formalizar la relación, ambos deben haber conversado y tener claro tres puntos específicos.
Lo primero es que deben conocer sus ingresos, sus gastos, sus ahorros y sus deudas. Nada de ocultar información ni de sus ingresos ni de sus planes de ahorro, ni de sus deudas, porque eso sería comenzar con el pie izquierdo, lo que pudiera llevarlos a lo que conocemos como infidelidad financiera. Segundo, deben tener claridad de sus metas.
Conversen sobre sus sueños, sus objetivos individuales y de pareja y, sobre todo, del orden de prioridad que le asignarán a cada meta en la lista. No basta con saber qué cosas anhelan cumplir, también necesitan conversar sobre cómo lo lograrán, cuándo lo harán y en qué orden. Aunque nada está escrito en piedra, tener un plan los ayudará a poner orden a sus finanzas.
Tercero, deben tener claridad de cuál método utilizarán para llevar a cabo sus finanzas personales. No existe uno solo para manejar el dinero en pareja, por lo tanto, deben conversar sobre la manera con la que ambos se sienten cómodos. Algunos de los métodos utilizados son:
Ambos aportan por igual: La pareja hace un presupuesto de todos los gastos de la casa y lo divide entre los dos. El resultado es la cantidad que cada uno debe aportar mensualmente para crear un fondo común, con el cual se pagarán todas las cuentas en conjunto.
Aportan según su sueldo: La pareja suma todos los gastos y compromisos en conjunto, y los dividen proporcionalmente. Cada uno realiza un aporte mensual proporcional a sus ingresos y construyen un fondo común con el cual se pagan todos los gastos.
Se dividen las cuentas: Cada uno se encarga de pagar alguna cuenta, que no necesariamente son por montos similares. Esas cuentas se pueden dividir proporcional al salario o por conveniencia.
Uno paga todo: Una de las personas en la pareja se encarga de todos los gastos del hogar. Es importante que la pareja lo haya acordado previamente y no darlo por hecho.
Lo mío, lo tuyo y lo nuestro: Con este método se mezclan completamente las finanzas, se crea un solo “bolsón” y pasan a tener un solo bolsillo. Ambas personas aportan la totalidad de sus ingresos en una cuenta en conjunto. Realizan un solo presupuesto en el que se consideran ahorros, gastos del hogar, deudas de ambos, gastos de entrenamiento, etc.

Lo tuyo, lo mío y lo nuestro
Lo que nunca deben olvidar
El manejo de las finanzas no es algo que se acuerda al principio del matrimonio y listo. No, para nada. De hecho, es un proceso en el cual ambos deben ir aprendiendo y a veces, reaprendiendo, sobre cómo administrarse.
Es recomendable que mensualmente tengan una cita financiera; es decir, un cita en la que revisen su presupuesto del mes y conversen sobre cómo llevaron sus finanzas. Este es el momento de sincerarse y decir desde el principio si hay algo que les está incomodando.
De esta manera evitarán crear alcancías emocionales negativas, o sea, un cúmulo de sentimientos negativos por una situación relacionada con el manejo de sus finanzas o con las decisiones que su pareja ha tomado.
Otro tema importante es que mantengan acuerdos sobre cómo van a tomar decisiones financieras. Algunos ejemplos de estas decisiones son: establecer un límite indicando que todos los gastos mayores a cierto monto deben ser consultados en pareja; no adquirir nuevas deudas antes de consultarse en conjunto; el aporte mensual que harán para tener un fondo de emergencia en común, a fin de poder enfrentar imprevistos de la pareja; entre otros.
Los acuerdos financieros irán surgiendo con el tiempo y también pueden irse renegociando a medida que cambien las circunstancias y mientras ambos van aprendiendo a administrar sus finanzas en conjunto. Sin embargo, lo que sí deben saber es que desde el inicio ambos deben respetar el acuerdo pactado. Quebrantar un acuerdo podría causar graves consecuencias en la comunicación y confianza de las finanzas en pareja.
Por último, lo que nunca debes olvidar es que el dinero no lo es todo en la relación, es solo una herramienta que ambos deben aprender a utilizar a su favor. Al final, el dinero no compra el amor y la felicidad. Aunque también es cierto que el amor no paga las cuentas.

