Erotismo y fantasía son conceptos clave para el desarrollo de la excitación sexual de los humanos. Esta provocación puede venir de distintas fuentes que despierten en los individuos emociones que les permitan satisfacer sus necesidades sexuales.

Su fácil acceso y las imágenes explícitas que presenta hacen que la pornografía sea una de esas fuentes de fantasía. El Diccionario de la Real Academia Española la define como una “presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación”.

Según cifras publicadas por el sitio web de contenido pornográfico Porn Hub, en 2018 dicho portal recibió 33.5 billones de visitas, es decir, 92 millones de clics diarios.

Pero, ¿qué hace que millones de personas opten por consumir este material con tanta frecuencia?. Según los especialistas consultados para este artículo, detrás de este comportamiento pueden esconderse aspectos de ansiedad, y el exceso en su consumo puede resultar en adicciones.

Expectativa versus realidad

Este tipo de material muestra un panorama exagerado de la sexualidad, y esto provoca que las fantasías eróticas se alejen cada vez más de la realidad. Cuando esa visión trastornada influye en la interpretación que el individuo le da a la sexualidad, empiezan a surgir los problemas con su entorno.

“Si no alcanzas las expectativas que te produce la pornografía, puedes sentirte mal con tu desempeño y crear estados de complejo”, aseguró el psicólogo clínico y psicoterapeuta Eybar Sanguillén.

Estar sobre expuesto a este tipo de contenidos incrementa el nivel de angustia generado en torno al encuentro sexual. Esto lo asegura la terapeuta especialista en adultos y pareja Ann Marie Arjona, quien además comentó que la pornografía suele usarse como forma inadecuada de compensar la existencia de problemas en la relación de pareja.

“Cuando este comportamiento se vuelve problemático ocasiona desconfianza e inseguridades hacia el propio cuerpo. Esto agrava otros problemas presentes entre los dos”, afirma.

La doctora en psicología y sexóloga clínica Amparo de Ponce dijo que la parte oscura de ver estos videos es cuando la satisfacción tarda en llegar, y la persona necesita ir más allá para lograr obtenerla.

“Se pueden infiltrar gustos como el sadomasoquismo, sexo de grupos o zoofilia. Si el hombre se expone a la pornografía desde muy joven, puede crear una adicción”, detalló.

La excitación que resulta de ver videos de personas teniendo relaciones sexuales generalmente concluye con la masturbación. Si se hace en exceso, puede provocar lo que se conoce en psicología como fijación a la mano. “Esto se produce cuando lo que te causa placer es tu mano, y no una vagina”, explica.

Esto es tratado en terapia como una adicción.

En 2016, el actor estadounidense Terry Crews, de la serie Brooklyn Nine Nine y de la película Dónde están las rubias, publicó una serie de videos en su cuenta de Facebook donde confesaba su adicción a la pornografía. Contó que debido a eso, casi pierde su matrimonio de 26 años con su esposa Rebecca King.

“Me di cuenta de que era un problema cuando la noche avanzaba y yo seguía enganchado a la pantalla. Esta adicción cambia la forma en que piensas sobre la gente. Ellos se convierten en objetos que puedes usar, en lugar de amar”, contó el actor en el video. Además, mencionó, lo hacía para relajar su ansiedad, su soledad y su depresión. Él y su esposa acudieron a terapia por esa situación.

¿Infidelidad?

Al ver pornografía, ¿le puedo estar siendo infiel a mi pareja? Esta es la duda principal entre los pacientes que abordan estos temas en las consultas atendidas por el psicólogo Eybar Sanguillén.

A esta interrogante él responde que, si se excluye a la pareja de esta práctica erótica, sí es infidelidad.

“Debemos entender que la infidelidad es un comportamiento en el que se excluye o se reemplaza a la pareja de la relación. No solo se remite a estar con otras personas, sino con otras cosas, como la pornografía”, dijo.

Cuando el deseo sexual se orienta a la pornografía, en vez de a la pareja, esta se convierte en un intruso. “Estás permitiendo que un tercer objeto entre en tu relación”, comentó.

Todo cambia cuando ambas partes usan la pornografía como estímulo y juego previo al sexo. “El problema no es la pornografía, sino su empleo”.

Triple X con mi pareja

Disfrutar la pornografía junto a tu pareja es uno de los matices que proporcionan estas fuentes de excitación audiovisual. Pero, ¡cuidado!, solo deben hacerlo de manera ocasional. Esa es la recomendación de la sexóloga clínica Amparo de Ponce.

Para que la pornografía pueda ser disfrutada en pareja, ambas partes deben estar en sintonía con sus gustos y estar dispuestos a probar cosas distintas.

Existen tipos de pornografía como el soft porn, (porno suave), en el que el acto sexual no se muestra de forma explícita. Esta es la variación que recomienda la sexóloga para empezar a disfrutar de contenido erótico en pareja.

“A la mujer suele gustarle los videos donde se muestran escenas de seducción o romance. Usualmente toleran más las escenas sensuales que las que solo muestran penetración. Algunas parejas piden solo una equis, y no las tres completas”. cortejo en peligro de extinción

Preferir quedarse en casa viendo pornografía a tener relaciones sexuales con una mujer es una realidad más común de lo que se piensa.

Pero, ¿qué lleva a un hombre a elegir la fantasía en lugar de la realidad? Los especialistas concuerdan en que la ansiedad es el disparador más común.

“Llevo más de 25 años trabajando sexología clínica y siempre veo estos casos. Ahí estamos viendo un trastorno de la personalidad. No es normal sustituir la pareja por la pornografía”, comentó Amparo de Ponce.

Por otro lado, Ann Marie Arjona detalló que como es una alternativa que no involucra factores como la ansiedad y las inseguridades que surgen dentro de una relación sexual real, algunas personas se inclinan por ella.

Indicó que algunos tienen estas preferencias pues elimina el esfuerzo; la inversión emocional, de tiempo y de dinero; y las ilusiones que se dan dentro del proceso de cortejo que requieren las relaciones sentimentales de pareja.

“Es innegable la gran diferencia entre la fantasía y la realidad, y cuando nos mantenemos en constante contacto con la fantasía, la realidad puede parecer más complicada, menos excitante y hasta decepcionante”, comentó la terapeuta Arjona.

Pornografía: ¿enemigo o aliado?

Pornografía: ¿enemigo o aliado?

Juntos puede ser bueno

Según la psicóloga Ann Marie Arjona, a través de la pornografía la pareja puede explorar nuevas prácticas dentro del repertorio sexual. También puede ser una alternativa para salir de la rutina, avivar la libido, y como forma de complicidad entre los dos.