1. Siempre tendrás un aliado permanente dentro de la familia.

2. Pueden aprender de los errores del otro. A veces.

3. Saben cómo animarse entre sí.

4. Desarrollan paciencia. Esa gran virtud necesaria para la convivencia.

5. Tienes a quién echarle la culpa.

6. Siempre cuentas con alguien para jugar.

7. Con él o ella aprendiste a compartir. Ni modo.

8. Si eras el mayor debías llevar al menor. Si eras el menor tenías niñero.

9. Aprendiste a compartir las responsabilidades y también los regaños.

10. Tienes a alguien que te conoce bien.

11. Siempre se ayudarán cuando lo necesiten.