Empieza el año y vuelve la preocupación por bajar de peso. Una nutricionista nos habla de una de las dietas que sigue muy de moda, pero cuyo origen no es nuevo: el detox.

¿Qué es la dieta detox?

La alimentación es un blanco fácil de la comercialización. Las modas  hacen resurgir productos ofertas con nombres nuevos apegándose a lo diferente para encontrar una solución en métodos rápidos o fáciles con un concepto de lo “sano”.

La dieta detox es eso. Una dieta reductora disfrazada. Su duración es de 3 a 5 días, rápida y puntual con promesas de pérdida de peso además del supuesto beneficio de desintoxicar y disminuir la retención de líquidos.

Apoyadas en la campaña mundial 5 al día del consumo de frutas y vegetales, este tipo de fórmulas ha tomado mucho más auge como concepto de “dietas saludables” ligadas al contenido de vitaminas, fibras, agua, antioxidantes y minerales.

Las dietas desintoxicantes existen desde el principio de la humanidad. A pesar de la alimentación ser una necesidad biológica, es la forma más directa con la se representa la intoxicación. El acto de ingerir algo es la entrada inmediata al cuerpo de sustancias sean beneficiosas o no. De la misma manera purgarse o ayunar tiene el efecto de expulsar algo que no beneficia.

Estamos invadidos de productos alimentarios con sustancias para su preservación algunas naturales otras que el cuerpo no produce ni reconoce (xenobióticas) y que el organismo de forma natural las elimina a través de los riñones, piel, cuando el intestino no puede absorberlas y el hígado no identifica el proceso de metabolizarlas.

Esto ha dado cabida al marketing poniendo en la mente de las personas un estímulo o inducción a limpiarse, despojarse y la idea de desintoxicarse.

¿Cuáles son los peligros de las dietas detox?

Es innecesario practicarlas. Al ser insuficientes en macronutrientes también el exceso de antioxidantes y otras sustancias provocan estrés oxidativo se forman radicales libres que son tóxicos al organismo y resultan más tóxicas de acuerdo a la frecuencia con que se practican. El peso que se pierden es producto de la reducción de la masa muscular, pérdida de proteína visceral, cambios en los líquidos corporales y debilidad. Algunas personas pueden presentar afectación de la presión arterial.

La ganancia de peso posterior a una pérdida drástica es más impactante ya que debido al déficit, el organismo registra una amenaza y posteriormente va a asegurarse haciendo reservas. No es una fórmula sostenible.

 ¿Hay algo que de verdad podemos hacer para desintoxicar el organismo, a través de nuestros hábitos alimenticios?

Lo mejor que se puede hacer para desintoxicar al organismo es mantener una alimentación balanceada, de forma personalizada en variedad, cantidad y calidad. Evitar el consumo exagerado de los productos procesados altos en sodio y conservantes: sazonadores, enlatados, embutidos, empaquetados, preparar de forma sana con condimentos naturales (vapor, hervida, sudada, guisada) reducir o evitar barbacoa, quemados, los productos excesivamente tostados (cereales) grasas y frituras saturadas, bebidas azucaradas, exceso de licor, cigarrillo, aumentar la ingesta de agua.

Hablar de detox se suele mencionar limpieza del hígado ¿Existe algún alimento que ayude a este órgano?

El hígado es el órgano administrador y tiene a cargo la función de procesar lo absorbido y también en momentos de inanición convertir compuestos orgánicos para generar energía en caso de requerirse. Consumir alimentos de todos los grupos en balance y no pasar hambre es la mejor ayuda para el hígado, proporcionarle energía al cuerpo reduce la carga hepática y evitan procesos que enferman. Tener prácticas sanas de alimentación, estilos de vida saludables comer bajo en grasas saturadas. Lo ideal es mantener buenas horas de alimentos, comer suficiente, bajo en grasa y evitar métodos repetidos de dietas mata hambres.

¿Hay algo que podamos rescatar o salvar del detox y ponerlo en práctica?

Lo que se puede rescatar es la disciplina y el cuidado que las personas adquieren como hábito y constancia de preparación diaria y tener la rutina de mantener esos hábitos cuando se lo proponen. Incluir frutas y vegetales diariamente. Y en casos de que no guste mantener un consumo equilibrado de jugos, licuados que ayuden junto con los otros grupos de alimentos a aportar balance.

La autora es dietista nutricionista y comparte en sus redes sociales: @nutrirpanama