Mi esposo no está recibiendo ingresos. Se encuentra sumamente negativo y pesimista sobre el futuro. Mis hijos lo escuchan, y les afecta. Sé que es difícil lo que le pasa, pero ¿cómo puedo, respetando lo que siente, conversar con él y ayudarlo?

Si él no está recibiendo ingresos es normal que se sienta mal. Explícale a tus hijos que por amor a su papá se le comprende, y que cómo familia es importante apoyarse. Juntos refuercen los aspectos positivos y virtudes de su papá para que todos aprendan que no somos lo que ganamos, sino el potencial que llevamos dentro. Por otro lado, manifiéstale con respeto a tu esposo que estás a su lado para apoyarlo y escucharlo, pero que comprenda que transmitir estos sentimientos negativos y pesimista solo agudizan la situación de malestar y no cambia el hecho de no recibir ingresos. Invítalo también a expresar las virtudes de sus hijos y las tuyas para que en el hogar exista un ambiente de respeto y consideración, lo que contribuirá a que juntos puedan crear una solución que les traiga paz.

Vivimos con el hijo de mi esposo; es un adolescente. No quiere cooperar en las tareas del hogar, está de mal humor porque no puede ver a su novia y amigos. ¿Cómo soluciono con mi esposo esto?

Hay dos cosas que deben estar clarar: una es que las reglas y límites en el hogar los pone la pareja. La segunda es que antes de hablar con los hijos la pareja debe acordar cómo van a manejar la situación. Tengan en cuenta la edad de tu hijastro; el tiempo que lleva conviviendo con ustedes; cuánto se implica su mamá biológica; la actitud inicial de tu hijastro hacia ti y, por supuesto, tus deseos al respecto. Así cuando hablen con él, sabrá que ustedes están unidos en cuanto a las reglas de convivencia familiar, y podrán escucharlo para buscar una solución juntos. Si vive con ustedes es importante que se sienta parte de la familia.

Soy una persona que necesita su espacio y estar sola a veces, pero vivimos en un apartamento muy pequeño. Cómo puedo hablar con mi esposo para darme este espacio sin que sienta que lo estoy rechazando.

Hay personas que disfrutan de  estar consigo. Sienten la creatividad, la ilusión, la libertad y la confianza de hacerlo.  En el proceso de madurez, la conquista de espacios de soledad es el resultado del amor hacia uno mismo.

Quienes disfrutan de esto tienen un intenso mundo interior y son reflexivas. Mantienen un constante diálogo interior consigo para dar lo mejor de sí. Teniendo esto en consideración, conversa con tu esposo y explícale lo importante que es para ti conservar momentos a solas y que tenerlos es de beneficio para ambos; nada tienen que ver con el amor que sientes por él. Pueden acordar espacios reflexivos a solas donde traigan una idea de valor que aporte para la común unión de ustedes.

Veo a mi esposo muy presionado por mi suegra porque ella se queja de que está sola, de que no la vamos a ver. Le ha costado a ella mucho entender esto de la cuarentena. ¿Cómo puedo apoyarlo? 

Siendo tu suegra una persona que está en el grupo de mayor riesgo, es normal que en ella afloren emociones de temor. Sobre todo si vive sola. Una de las cosas que nos está enseñando este virus es aprender a amarnos más los unos a otros. Invita a tu esposo a que se sienten juntos y pregúntale qué le gustaría hacer con su mamá. Manifiéstale tu apoyo para atenderla. Acuerden un plan de acompañamiento a tu suegra, siempre y cuando se respeten las disposiciones sanitarias, de manera que tu esposo esté  tranquilo, tu suegra se sienta acompañada y tú sientas paz al poder apoyarlos a ambos. La pandemia va a pasar y quedarán  los lazos de amor, empatía y solidaridad.

Desde hace un tiempo mi relación de pareja no es buena. He aprovechado estos días para tratar de cercarme a mi esposo, preparar comida que a él le gusta, crear espacios para conversar, pero él toma su comida y se va a la computadora. Si le digo que deje la pantalla lo hace de mala gana y no conversamos. ¿Cómo podemos mejorar la comunicación?

La expansión de la pandemia ha obligado a los conyugues a coexistir y convivir todo el tiempo juntos y no solo unas horas al día. Este confinamiento es la oportunidad para  evaluar la relación, aprender a valorarla y  descubrir juntos la intención primordial de ¿para qué somos pareja? Si tienen esto claro, lo que hagan  estará alineado a esta intención de ambos.

En la comunicación no se trata de reclamar, se trata de aprender nuevas actitudes que los alinean a su intención de ser felices en su relación y ser feliz es vivir en paz a pesar de la situación. Invita a tu esposo a que juntos respondan el ¿para qué? son ustedes pareja,  siendo responsables, tolerantes, agradecidos, flexibles el uno con el otro. Acuerden un plan donde se respeten los espacios a solas y los espacios en común unión dentro del hogar.

Mi esposo está aislado en un cuarto porque dio positivo a la Covid 19 , ¿cómo mis hijos y yo podemos transmitirle amor y fuerza en esta condición?

Algo que debes tomar en cuenta es que la adaptación es un proceso fundamental. Los miembros de la familia deben estar claros que para cuidarse es importante mantener la distancia física pero que no se transforme en una distancia emocional. Potencien su diálogo como pareja y como familia, dedíquense un espacio para conversar, para expresarse entre ustedes sus sentimientos, saquen un tiempo para jugar, pregúntale a tu esposo que le gustaría comer y sobre todo oren juntos para que Dios fortalezca sus lazos de convivencia, que una puerta cerrada no sea el impedimento para mostrar que se aman. La enfermedad de tu esposo va a pasar y quedará una familia fortalecida en el amor.

La autora es coach de amor, y pertenece a ADN, escuela de virtudes y talentos al servicio de la convivencia humana. Pueden seguirla en Instagram en su cuenta  @pillyrodriguezcoach y en @experienciamarYlla 

Nota de la autora: Como coach puedo decirles que todas las herramientas funcionan si sostenemos nuestra vida en Dios. Permítanse un tiempo para conversar con él. Orar es el arma más poderosa que tenemos contra cualquier pandemia y contra el desamor, una consecuencia del miedo generalizado. Que cuando nos volvamos a abrazar nos contagiemos de fe, esperanza y caridad para vivir en un mundo más humano, donde  aprendamos a compartir más y competir menos.