Antes de que el coronavirus nos forzara al teletrabajo, muchas fantaseábamos con la idea de despedir al jefe (o por lo menos verlo menos), tener flexibilidad de horario y locación.

Olvidarnos del tráfico y de pelear por un parking. Dejar atrás los tacones, el blower y la ropa laboralmente apropiada. Pasarnos el día en pijama, ¿por qué no? Hasta que un día te ves forzada a ello y nos damos cuenta de que la vida se nos va volviendo un guacho.

Y es que nos encontramos con que la casa y la oficina se mezclan y terminamos trabajando mientras comemos y hasta justo antes de irnos a dormir. O estamos haciendo súper online, organizando la nevera o echándole un ojo a las redes, o a los niños cuando se suponía que deberíamos terminar ese proyecto.

La verdad es que trabajar desde casa requiere mucha disciplina, organización y enfoque si no quieres terminar haciendo todo a medias, nada totalmente bien, y sintiéndote culpable porque no estás haciendo lo que deberías.

Yo hace muchos años que trabajo más de la mitad de mi tiempo desde mi hogar o sin estructura formal, así que me ha pasado todo eso de que si estoy en casa se supone que estoy disponible, por lo que las interrupciones son constantes.

Me tomó tiempo que otros entendieran que estar presente no es estar accesible, que es algo que probable te esté pasando ahora. También tuve que asumir que no estar en una oficina no significa que no sea necesario tener una estructura de trabajo si quiero ser realmente productiva.

Cómo ser productiva trabajando desde casa

Cómo ser productiva trabajando desde casa

Así que te comparto algunos parámetros y estructuras básicas que debes tener para que tu tiempo realmente te rinda y seas productiva trabajando desde tu casa.

1. Asigna espacios de trabajo.

Esto es importante para todos. Es lo primero que hicimos en mi casa apenas suspendieron la escuela y pidieron que no salieramos. Nos tomó dos días hacer limpieza, tirar cosas, poner orden y redistribuir muebles. Es necesario que cada quien tenga un espacio donde trabajar -o estudiar-, con todo lo que necesita a mano. No estar como nómada por la casa. Mentalmente, al sentarse allí, su cerebro entrará en modo laboral.

2. Establece horarios de trabajo.

Sin un jefe encima ni una tarjeta que ponchar, requiere de ti formar la estructura que te funciona y cumplirla. Yo lo he dicho mil veces y lo seguiré diciendo siempre ¡lo que no está en tu agenda, no existe! Si no pones en tu agenda horarios de trabajo siempre habrá quien quiera echar cuentos, jugar, posts que comentar, algo en la televisión o en la casa que atender.

Si laboras desde tu hogar tienes la suerte de poder establecer ese horario de trabajo como funcione mejor según tu ritmo de vida, sin embargo, debes establecer cual será tu horario mínimo de trabajo en tu agenda.

Hasta dos a tres horas al día rinden un montón si te enfocas, pero si tu rutina de trabajo está al garete así mismo serán tus resultados. Es muy fácil que la semana se pase volando muy ocupada, sin que hayas avanzado realmente, si no designas qué horas dedicarás a trabajar enfocada y con intención.

3. Establece límites y se congruente con ellos.

Puede pasar que algunas personas no consideren que trabajas si no estás en una oficina. Lo que te convierte en la persona a recurrir para cualquier asunto que atender o llamar para echar cuentos.

Establece límites y deja saber a los demás que tu horario de trabajo, aunque sea desde tu casa, es igual de importante y serio.

Cuando te digo que seas congruente es que aprendas a decir que no y le des tú la seriedad que le pides a otros. Si pides límites porque vas a estar trabajando, pero en ese tiempo te encuentran en el sofá viendo tv, pegada a Instagram y Facebook o dando vueltas por la cocina, no estás siendo congruente.

4. Organiza tus labores por bloques de tiempo.

Entrar en estado de concentración en el que fluyes en tu trabajo toma cierto período e interrumpirlo hace que pierdas el hilo y, por ende, que no saques el mejor resultado desde tu zona de genialidad.

Y si no estás trabajando, tienes ahora la oportunidad de estudiar para adquirir nuevas destrezas. Esta organización de tiempo te será igual de útil. Si tienes cuatro pantallas abiertas, más los chats, el teléfono, las redes sociales y los niños corriendo alrededor, estás haciendo el famoso multitasking, el cual no es más que hacer muchas cosas a la vez, sin hacer ninguna verdaderamente bien.

Junta todas las actividades que se asemejen y trabájalas en bloques. Si tienes emails, contesta y envíalos al principio o final de jornada. Si tienes que hacer trabajo que requiere concentración, asígnale un período donde no tengas ningún tipo de distracción.

Si tienes que hacer llamadas, sal de todas ellas seguidas en vez de esparcirlas durante el día. Puedes asignar un día para tarea administrativas, otro para crear, otro para reuniones online y otro para estudiar.

Si agrupas tus tareas por bloque, verás tu productividad subir por los cielos.

5. Establece límites.

Cuando laboras desde casa puede parecer que tienes todo el día para sacar el trabajo, toda la semana y todo el fin de semana también.  Si no le pones los límites a tus horas laborables, el trabajo se va a comer tu vida antes de que te des cuenta.

Yo reconozco que en esta fallo más, porque como mi trabajo no lo siento como tal, me puedo ir horas sin fin en ello. Tu productividad va a depender de que también tengas un balance y espacios para aclarar tu mente.

Designa a partir de qué hora no verás más cosas relacionadas a trabajo, de manera que te impulse a ser más productiva en las horas que debes estar enfocada y a llevar una vida más completa.

Trabajar desde casa requiere mucha más autodisciplina, enfoque y organización de la que puede parecer en un principio. Si tienes estos puntos básicos en mente, puedes hacer que sea muy productivo y esta cuarentena te habrá enseñado nuevas maneras de hacer las cosas.