No es extraño pasar por los pasillos de la sección de cuidado para la piel de farmacias y supermercados de nuestro país y ver la variedad de productos cuyo principal componente es un oscuro ingrediente. Literalmente.

El carbón activado está presente en mascarillas, tratamientos faciales, jabones, toallitas para quitar el maquillaje, limpiadores para el rostro, blanqueadores dentales, y hasta en yogures.

En su aplicación móvil, Kim Kardashian West aseguró que todos los días bebe una limonada de carbón activado que le ayuda a desintoxicarse y a sentirse “limpia y energizada”.

La dermatóloga Ana Gloria Sánchez, de Clínica Láser Skin Care afirma que el carbón se ha utilizado en los cuartos de urgencia desde hace mucho tiempo como tratamiento para envenenamiento, ya sea por drogas ingeridas u otras sustancias. Su función es absorber y neutralizar intoxicaciones.

La dudosa efectividad del uso del carbón activado en rostro y dientes

La dudosa efectividad del uso del carbón activado en rostro y dientes

Precisamente por eso ha estado en auge en jabones y mascarillas, porque pueden ayudar a absorber las impurezas que se depositan dentro de los poros.

“No hay ningún estudio dermatológico que evalúe la eficacia del compuesto del carbón activado en la piel, pero por su principio absorbente, se piensa que ayuda a controlar el exceso de grasa en la piel”, mencionó la especialista.

La doctora comentó que su consumo en helados o yogures no debería ser invasivo si se utiliza carbón activado puro, pero no cree que el beneficio antioxidante sea mayor.

La dudosa efectividad del uso del carbón activado en rostro y dientes

La dudosa efectividad del uso del carbón activado en rostro y dientes

Karla Cobo, cosmetóloga de Body Face and Spa, comentó que el principal beneficio de utilizarlo en tratamientos faciales es eliminar impurezas de la piel. Esto incluye la extracción de grasa depositada en los poros y de puntos negros. También ayuda a cerrar poros dilatados. “Pero el carbón activado tampoco es milagroso”, advierte.

La cosmetóloga no recomienda el uso de los productos de carbón activado que venden en establecimientos comerciales, a menos que estén hechos con ingredientes naturales.

En cuanto a esto, indica que lo ideal es crear mascarillas caseras a base de este ingrediente. Un poco de polvo de carbón activado orgánico, que puede conseguirse en tiendas naturistas, mezclado con miel, aceites naturales o áloe vera son las opciones más recomendables.

Según la especialista, aunque su efecto purificador es beneficioso para pieles grasas o con acné, no debe usarse diariamente porque puede deshidratar la piel. “Se pueden crear líneas de expresión, escamaciones y hasta rosáceas. Se puede usar hasta dos veces por semana”.

Los productos con carbón activado son tópicos y por esto no eliminarán la producción de grasa en la piel. Sí la controlarán, pero su efecto no es permanente.

Aconsejó visitar a un dermatólogo que pueda recetar tratamientos y medicamentos para controlar el acné y grasa desde adentro.

¿Sonrisas negras?

La dudosa efectividad del uso del carbón activado en rostro y dientes

La dudosa efectividad del uso del carbón activado en rostro y dientes

La popularidad del carbón activado como blanqueador dental se ha ido incrementando en los últimos años, pero esto no es precisamente un indicador de su efectividad.

La odontóloga Milagros Thompson indica que este es un componente muy abrasivo, es decir, que desgasta.

“No es un proceso de blanqueamiento indicado porque tiene un nivel de toxicidad muy alto”, indicó.

La especialista detalló que el uso prolongado del carbón activado desgasta el esmalte de los dientes y eso provoca sensibilidad. “Cuando los dientes pierden el esmalte se ven más amarillos. Tú mismo te lo estarás dañando. Si lo usas por una semana verás los dientes más blancos, pero te lo venden sin decirte por cuánto tiempo debes utilizarlo”.

La odontóloga dijo que en Panamá está prohibida la venta de estos productos. “No los han estado promoviendo odontólogos, sino personas no idóneas que los venden por Instagram. No hay estudios que prueben su efectividad”.